La previsión no era buena, pero había esperanza. La Aemet avisaba que comenzaría a llover justo a la hora del inicio de la procesión, pero la parroquia del Mercado confiaba en que, al menos, «el cielo aguantara un poco más». No fue así y las previsiones meteorológicas se cumplieron.
La borrasca ‘Olivier’ permitió a ‘la Morenica’ asomarse a saludar a los leoneses durante unos metros, pero la lluvia comenzó a caer con fuerza en cuanto enfiló la plaza del Grano.
Fue un inicio de Semana Santa amargo, que dejó a los leoneses con ganas de más y con una profunda decepción por ver que la ‘Reina’ de León, la Virgen del Mercado, no pudiera celebrar su salida procesional con normalidad.
Antes de comenzar la procesión, a las ocho menos cuarto de la tarde, terminaban de pasar lista los braceros en el crucero de la plaza, con Máximo Cayón a la cabeza. Los ‘mozos’ comentaban ya que probablemente solo podrían llegar hasta las Carbajalas, donde habitualmente el paso entra para que las monjas Benedictinas realicen un canto a la Virgen. Y así fue.
Olió a incienso por momentos, sonaron marchas de Semana Santa y las campanas del Mercado, pero todo duró muy poco. La procesión salió a las ocho y cuarto de la tarde, y ya en el recorrido por Herreros y Escurial la Virgen se mojó.
Del Mercado a Carbajalas
A las nueve menos cuarto, entró en las Carbajalas, justo cuando comenzó a llover con más fuerza. Minutos después, el párroco, Manuel Flaker, avisó por megafonía de que se regresaría a la iglesia por la plaza del Grano.
Pero lo pensaron dos veces, porque la lluvia era intensa en ese momento. Y, así, la Dolorosa se hizo breve, con una procesión de apenas unos metros y una recogida exprés en Carbajalas, donde el paso permaneció hasta este sábado.
Fue una salida con más vallas que nunca y menos autoridades que el año de la Coronación. Mucho público en la plaza del Grano, que ya temía que la procesión acabaría allí.
La Agrupación de Angustias y la Banda de Jesús pusieron la música y sonó el Himno de León y 'Eterna'. Fue Semana Santa, como todos esperaban aunque fuera un momento.