La Esperanza cambia el paso a León

La característica puja del Sacramentado atrae a miles de leoneses en una tarde en la que el Divino Obrero cumplió ‘en casa’ con La Bañeza

23/03/2024
 Actualizado a 23/03/2024
Petalada a la Virgen de la Esperanza tras su salida procesional en la calle Sacramento al compás de su marcha. | MAURICIO PEÑA
Petalada a la Virgen de la Esperanza tras su salida procesional en la calle Sacramento al compás de su marcha. | MAURICIO PEÑA

Los capillos volvieron a bajar en León en un Sábado de Pasión primaveral que animó a la gente a salir a la calle para ver las dos procesiones del día, en una tarde particular de la Semana Santa leonesa, con acento andaluz, leonés y bañezano a la vez. A las cinco y media de la tarde, el barrio de El Ejido vio salir su procesión de Hermandad, que une en penitencia a Jesús Divino Obrero y al Nazareno de La Bañeza.

Procesionó este año la talla de Jesús Prendido, ‘el Paláu’, con túnica blanca y a los sones de la banda de cornetas y tambores de la cofradía bañezana, en una procesión que se celebró en la capital al ser año par. Le seguía el paso de Las Tres Marías de la hermandad de blanco y morado, mecida por su barrio al compás de la música de su agrupación, la más antigua de León. 

Al tiempo que salió Jesús Divino Obrero, la música de tres grandes formaciones musicales retumbó en la plaza de Santo Martino. A ritmo de ordinaria, las bandas llegaron a la procesión más destacada del día, Camino de la Pasión y de la Esperanza, que organiza el Sacramentado, la segunda cofradía más joven de León y también la que abandera un estilo completamente diferente por la puja a dos hombros y el cambio de ritmo en el paso a compás de la marcha como se hace en Sevilla. En la ruidosa plaza circulaban sin descanso las limonadas, mientras las puertas del arco que da acceso al atrio de la Colegiata de San Isidoro permanecían cerradas.

Con más de quince minutos de retraso, pasadas ya las seis y cuarto de la tarde, las puertas se abrieron y salieron los capirotes azules y más altos de León. El momento había llegado. El Cautivo salió a la calle pisando su nuevo suelo judío, sonó el Himno Nacional mezclado con el de León, y comenzó la puja más diferente de la ciudad. La Banda de Cornetas y Tambores de La Victoria, en su única procesión en León, acompañó un año más el paso de esta imagen, cuyo paso por la plaza San Martín nunca se pierden los más aficionados. 

La Piedad de San Isidoro del siglo XVI, con claveles rojos y pujada a doble hombro como el Cautivo, salió minutos después a los sones de la Agrupación Musical del Gran Poder. Habría que esperar un poco más, pero la Esperanza siempre llega. Las braceras de la Virgen pasaron el arco a rueda, con el palio a escasos centímetros de la piedra, en una maniobra perfecta. La Agrupación Musical de la Bienaventuranza comenzó con la marcha dedicada a ella, ‘A mi esperanza’, y la imagen recibió una imponente petalada al paso por Sacramento desde los balcones que acogen la residencia de los canónigos de San Isidoro, mientras las braceras bailaban a paso costalero a su Virgen, que llevaba rosario, cruz en el pecho y su manto azul bordado en oro.

La cofradía realizó una estación de penitencia frente a la Catedral y concluyó de nuevo en San Isidoro pasadas las once de la noche. 

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