Hablar de la Banda de Música de Jesús es hablar de una banda de veteranos, que llevan apostando 27 años por la música de calidad. La banda de los ‘yayos’, como cariñosamente se la conoce en el ámbito cofrade de León, es una de las tres formaciones musicales que tiene la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Es la que menos ensaya, solo dos días por semana incluso cuando se acercan las fechas de Pasión, y lo hace en la Casa de Cultura de Pinilla, bajo la cuidadosa dirección de Antonio Prieto.
Una Banda de Música que reconoce llevar pocos clarinetes y «sobreabundancia» de saxofones, por lo que Antonio los coloca al principio de la formación. «Si ponemos toda la batería de tambores delante, el paso al que acompañamos solo escucha tambores», razona. Este año han reforzado los graves, que es lo que une a la banda. «Son el colchón, lo más importante de la banda. Si tienes buenos graves, todo va mucho mejor», explica este músico profesional –estudió tuba y fagot– que lleva 15 años trabajando con la Banda de Jesús y siempre ha apostado por mantener un número relativamente pequeño de componentes, porque «en León se sigue confundiendo el tamaño de la banda con la calidad».
Es cierto que son 15 componentes más que el año pasado, hasta alcanzar los 75 músicos, por lo que Antonio querría poner ya límites para ampliar la banda. «A mí no me interesa una banda demasiado extensa porque cuando tú acompañas un paso y llegas a una calle estrecha, con giros de 90 grados, la percusión queda atrás del todo y al estirar mucho la banda, no se escucha. Preferimos una formación romana, en tortuga y vamos lo más apretados posibles», razona.
«En Semana Santa no quiero lucimientos, es más fácil fallar por el cansancio y el frío o el calor», añade este director en sus amplias y profesionales explicaciones musicales, mientras toma las riendas del ensayo por un momento el director de la banda, Enrique Gayoso.

Su repertorio se adapta a la edad media de la banda, aunque cada vez tienen más niños, «hijos casi todos de componentes de la banda». Esta es una formación de Semana Santa en la que se exige conocimientos musicales para tocar un instrumento de viento. «Solo hay diligencia en los trombones y trompetas el primer año y luego ya debes dar clases de música, sí o sí. Y si no, te vas a tocar a tambor», explica Antonio.
"Una banda de música está a mil años luz de una de vil metal, pero la moda es la moda"
«Si tocas con números y no sabes leer música, te pierdes muchas cosas», explica, de manera que los únicos componentes que tocan con números son los más veteranos que se acostumbraron en su momento. Cuando llega alguien nuevo, se le asigna el instrumento que necesita la banda, y «solo cuando llevas un tiempo, si no está muy sobredimensionada esa voz» se le permite cambiar al que deseaba tocar en un principio.
La de Jesús, las Siete Palabras y el Perdón –y la incorporación de la independiente Reino de León– son las únicas bandas de música de Semana Santa de la ciudad, lo que se explica, según Antonio, por dos motivos. En primer lugar, «la banda de música es lo más caro, hablamos de que los saxofones valen 3.000 o 4.000 euros por instrumento». Y, en segundo lugar, considera este experimentado director que «el de banda de música es un estilo que en León no se conoce y al final es un tema de modas». Lo compara, con respeto y salvando las distancias, con el reguetón, «donde hablan sin vocalizar, pero musicalmente prefiero a Manolo Escobar o el pop». «Al final es un tema de matices, de timbre y de colores, pero una banda de música está a mil años luz de una de vil metal».
Tanto la banda como las otras dos formaciones de la Cofradía de Jesús abrieron un debate hace unos años por el hecho de querer cobrar, aun siendo de cofradías, en las procesiones a las que asisten. Antonio lo defiende porque «lo gratis se acaba devaluando, no se valora, y allí donde vas pagado, siempre te tratan mejor». Pone el ejemplo de Medina de Rioseco, donde la banda cobra 1.500 euros, que «todo va íntegramente a la obra social de la cofradía, porque para nosotros no nos quedamos nada», afirma antes de recordar que el mantenimiento de las bandas es muy caro. «Igual que gastamos en flores, hay que gastar en música. Y fuera de León, sí que están acostumbrados a pagar». Ahí lo deja.
Si bien han sido rompedores a la hora de cobrar por su música, en otro sentido siguen la tradición, pues allí donde van procesionan con capillo, «por normas de la cofradía y convicción mía también». Cuenta Antonio que les hacen fotos en Astorga, en Medina de Rioseco, porque no están acostumbrados a ver bandas con el capillo puesto, algo que siempre ha dificultado a los músicos. «Nos faltan flautas, que tienen un timbre precioso, pero son un problema para los que vamos cubiertos», comenta como ejemplo de este hándicap, que termina afectando a la música que pueden ofrecer en la calle. Todo es diferente en un concierto, donde han explotado otra de sus grandes bazas: las marchas fúnebres. «Dimos este año un concierto ‘in memoriam’, por los ocho fallecidos de la banda y fue íntegro de marchas fúnebres. Esto en León no había pasado», señala, antes de añadir que «esas marchas igual aquí gustan menos, porque aquí nos gusta más bailar los pasos».
– ¿Pero una banda de música no está pensada para un palio?
– Bueno, reconozco que está un poco encasillado el estilo, sí, por lo menos se asocia la banda a un paso de Virgen, pero nosotros tenemos un repertorio en el que un tercio del mismo son marchas fúnebres, por lo que podríamos tocar para cualquier tipo de paso, como un Cristo Yacente, porque tenemos la marcha fúnebre de Chopin, que te sobrecoge, que te provoca síndrome de Stendhal.

Su gusto por la música fúnebre y sinfónica lleva también a Antonio a formar parte del trío de capilla Legio VII –con su fagot– que interpreta música del siglo XVIII y acompaña al via crucis de la Bienaventuranza, cofradía de la que también es hermano. «Esa es realmente la música más antigua que suena en León. Y luego ya el de banda de música, con las marchas fúnebres para orquestas, primero, que luego se adaptaron a banda».
"Tenemos un tercio de marchas fúnebres, que es lo que debería sonar en Semana Santa"
Antonio, que presume de un gran ambiente en sus ensayos en la casa de cultura de Pinilla –cuando este periódico les hace la visita finalizan el ensayo con un reparto de pastas, invitados por la junta de seis en su visita protocolaria previa a la Semana Santa–, defiende una música procesional pensada para el bracero, sí, pero no exclusivamente. «Las marchas tienen que hacerte llorar, tienen que emocionarte. La gente que va bajo el paso lo hace por muchos motivos, hay que saber transmitir al bracero y al que escucha eso que está pasando por la calle, que no siempre se valora. Es todo un conjunto», relata un músico que también tiene estudios en Teología.
«Ahora mismo hay muchos compositores de Encore, que piensan que por poner cuatro notas en un pentagrama ya suena bien, pero hay unas reglas de armonía. La carrera de composición es una carrera de cuatro años. No podemos comparar a Ricardo Dorado –compositor de Mater Mea– con gente de ahora que no tiene preparación musical de compositor», apostilla de carrerilla Antonio. «Tampoco te vas a poner erudito, pero sí importa lo que tocas. Y entono el ‘mea culpa’ porque al final tengo que ceder al gusto popular. Pero hay que recordar que desde el Viernes de Dolores hasta el Sábado Santo no hay nada que celebrar y no deberíamos tocar más que marchas fúnebres», añade el director musical.
Novedades y estrenos
La Banda de Jesús suma este año las habituales procesiones, un total de nueve en León, Astorga y Medina de Rioseco, que comienzan hoy con ‘la Morenica’. «Solo cuando no tenemos invitación, nos vamos fuera», añade. Aparte de procesiones, llevarán a Santa Marina del Rey el Miércoles Santo su representación musical de la Pasión, que acumula lista de espera en diferentes pueblos. Además, este año estrenan las marchas ‘Sed de ti’, de José Peña, y ‘El Cristo del Perdón’, una marcha fúnebre de 1948 y compuesta por un «músico de síndrome de Stendhal», José Gómez Villa. Y recuperan ‘Nazareno y Gitano’.
Una marcha
«Mater Mea, porque tiene un significado, un contenido, sin necesidad de hacer florituras. Fúnebre y que te emociona»
Un referente
«La banda de música de Bilbao, aunque sigo más a las orquestas sinfónicas, como la de Berlín o la de Radio Televisión Española»
Un momento
«El acto frente a la capilla de la Victoria con la Virgen del Mercado, cuando nos giramos y tocamos ‘Pena Bonita’»