Santiago entra en León con más pendiente pero mejores vistas

A la espera de que finalice la obra, el camino alternativo que se ha habilitado provoca opiniones contrarias entre los transeúntes

Estefanía Chamorro
03/09/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Destacan que la nueva ruta tiene más pendiente, pero agradecen las mejores vistas a la ciudad. | SAÚL ARÉN
Destacan que la nueva ruta tiene más pendiente, pero agradecen las mejores vistas a la ciudad. | SAÚL ARÉN
Desde que comenzasen el pasado abril, las obras que se están llevando a cabo en el Portillo avanzan a buen paso. El enlace de conexión de la A-60 con la Ronda Sur de León (LE-30) y la N-601 debería estar listo a finales de este año. Esta reforma contará con dos nuevas glorietas y los correspondientes ramales de incorporación y salida para conectar estas vías. También recuperará y ampliará la antigua pasarela que permitía cruzar este tramo a los peatones.

Gran parte de ellos eran los peregrinos del Camino de Santiago. La realización de estas obras hacía imposible que continuasen pasando por la zona. Dos semanas antes del comienzo de la reforma, la empresa adjudicataria planteó ante la Asociación de Amigos del Camino de Santiago ‘Pulchra Leonina’ el desvío de esta centenaria ruta hacia la riviera del río Bernesga, una medida que hacía más largo y tedioso este recorrido.

Uno de los peregrinos: "La bajada es un poco difícil, sobre todo para personas de cierta edad"La asociación rechazó este planteamiento y propuso recuperar el tramo que se utilizaba hasta hacía 15 años. «La obras hacían que hubiese que desviar el camino porque son muy amplias, entonces se buscó la ruta que había anterior a la construcción de la pasarela del Portillo», explica Anselmo Reguera, vocal de la asociación, a lo que añade, «en principio, creemos que es la solución menos mala para acceder a León». Este intervalo supone entre 400 y 500 metros de camino para los peregrinos, aunque el mayor problema no es la distancia si no la pendiente tan empinada. Consiste en un camino que sube en dirección a las antenas de telefonía y baja por una ruta que va directamente hacia la zona de Puente Castro a través de una senda de piedra.


Tras la aprobación de este desvío, comenzaron los problemas. Las lluvias de primavera embarraban la zona y provocaban que la tierra del camino se desprendiese poniendo en una peligrosa situación a los peregrinos, quienes podían caer por la empinada pista. La asociación decidió hablar entonces con los encargados de las obras y la propia empresa fue la que allanó la tierra. Esta mejora permitió a los peregrinos transitar por una tierra más lisa y sin tantos socavones.

«En principio es totalmente circulable, no hay ningún problema. Es la alternativa más apropiada, la otra consistiría en regresar hacia atrás, intentar entrar por la ribera del Bernesga, etcétera, añadiría bastantes kilómetros a la marcha. Una de las ventajas del camino actual es que las vistas de León son espectaculares», asegura Anselmo Reguera.

La opinión de los peregrinos

Aunque esta opción ha resultado ser la más adecuada, los caminantes difieren en sus opiniones.

Acercándose hasta la zona, se pueden observan aún las huellas que dejaron las máquinas encargadas de la adecuación. Desde el pasado abril han surgido nuevos agujeros, algunos de gran profundidad, y las piedras sueltas suponen un reto durante el descenso.

«La bajada es un poco difícil, sobre todo para personas de cierta edad. Lo peor es la tierra suelta con tanta pendiente», explica un peregrino andaluz, a lo que añade, «aunque a cambio las vistas que hay son espectaculares». En este punto de vista coinciden también aquellos que deciden recorrer el Camino de Santiago a dos ruedas. «Para bajar con la bicicleta es peligroso, pero prefiero este camino al de la carretera. Me incomoda mucho el tráfico. Lo que si veo con el camino de ahora es que, cuando llueva, la bajada va a ser muy peligrosa porque se convierte en un barrizal. Lo mejor son las vistas y la naturaleza, a mi si me compensa», comenta uno de ellos.

Desde el punto de información comentan que sigue habiendo hoyos en la senda después de la obraDesde los servicios de Protección Civil de Puente Castro comentan que «había incidencias por parte de los peregrinos al principio durante las épocas de más lluvia» y que las únicas protestas que reciben actualmente se deben a que «caminan un poco más, pero las obras son las obras». Entre risas también confiesan que «los españoles son los que más se quejan y nos lo comentan, más que los extranjeros».

Desde el punto de información situado en el propio municipio explican que sí que sigue habiendo quejas porque hay muchos hoyos en la zona más empinada de la bajada aún tras la adecuación. «Hay algunos que vienen cabreados y nos dicen que vaya rodeo les han hecho dar y que si no lo podrían haber hecho por abajo», concluyen.
Lo más leído