05/06/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Os voy a pedir un favor: no me salvéis, de verdad, no lo necesito; estoy mal como estoy, pero lo prefiero. Me molesta que os arroguéis la facultad de poder salvar a la gente cuando utilizáis la milonga de la elecciones para hacerlo. Creéis que con el mero acto de ir a votar una vez cada cuatro años, el pueblo os da patente de corso para campar a vuestras anchas. Si los que lo intentáis sois de derechas, malo. Utilizáis palabras gruesas como Patria, Dios, Orden, para, una vez en el poder, hacer lo que os viene en gana, matar también, siempre, eso si, favoreciendo a los de siempre. Miles de ejemplos a lo largo de la historia cercana: Franco, Hitler, Musolini, Pinochet... Si sois los populistas y los rogelios quien lo intenta, malo. Utilizáis palabras como igualdad, fraternidad, democracia, siempre indirecta, para luego, una vez en el poder, hacer, igual que los otros, de vuestra capa, un sayo. Tenéis, además, un problema: sois maniqueos, muy simples, pero maniqueos: quien no está conmigo, está contra mi; sólo hay dos verdades: la mía y la equivocada. Si para eso tenéis que cargaros a media humanidad, no hay problema, se les quita del medio y se acabó el conflicto. Entre Lenin, Stalin, Mao, Pol el camboyano y algún otro, cien millones de muertes. ¡De su propio pueblo!, que manda mecha.

Cada vez que escucho a los aprendices de aquí, (porque, gracias a Ala, son todavía aprendices), se me pone la carne de gallina, el pelo, (jijiji), se me encrespa y los cojones se me ponen de pajarita. Me dais miedo, todos. ¡Que manía con querer salvar al pueblo! ¿Pero no os dais cuenta de que la gente inteligente del pueblo pasa de vosotros como de la mierda? Que lo que pretendéis, con la excusa de las ideas, es robar, haceros ricos sin dar un palo al agua, que sois tan cobardes que no lo reconocéis... Y sí. Son todos iguales, no existen diferencias. El PP, el PSOE, Ciudadanos, Podemos..., los mismo perros con distinto collar.

A mi, como mucho, que me salve el Jorge Javier, alias Mermelada, que ya lo intenta de lux, o, mejor, que me salve una gachí. Sí, sí, una gachí y nos dejamos de historias. Hago un llamamiento a las posibles voluntarias. Sólo pongo cuatro condiciones: que sea un poco fata, que tenga el tobillo fino, que no tenga perro y que posea la virtud de la paciencia infinita. Queda dicho.

Salud y anarquía.
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