Ruta por el Valle del Silencio

Recorrido desde Peñalba de Santiago para conocer enclaves singulares en la historia de la comarca, como la Cueva de San Genadio, y en su naturaleza, como la cascada del arroyo del Silencio

Vicente García
26/05/2023
 Actualizado a 26/05/2023
A la izquierda San Genadio y a la derecha Peñalba. | VICENTE GARCÍA
A la izquierda San Genadio y a la derecha Peñalba. | VICENTE GARCÍA
El Bierzo siempre es una tierra acogedora y más en estos momentos cuando la primavera está en su plenitud, pues los brezos han florecido tiñendo el paisaje de un hermoso color morado, junto con los cantuesos, así como las amarillas escobas, y las montañas que dan una luz primaveral que inunda de alegría el paisaje, aunque en determinadas zonas esa luz no abunda debido a los recientes incendios.

La aldea de Peñalba de Santiago, fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1976 y es uno de los pueblos más bonitos de España, totalmente restaurado y con una de las escasas joyas mozárabes de la Península: la iglesia de Peñalba, del siglo X, construida por el abad Salomón para guardar los restos de San Genadio.

El terreno del Valle del Silencio es muy empinado y, para cualquier lugar al que se vaya, hay que superar grandes desniveles y fuertes pendientes. Sin embargo, la belleza de su entorno es excepcional y es necesario que se conserve.

La ruta


La ruta da comienzo en Peñalba de Santiago, una localidad que mantiene su esencia tradicional alejada de estridencias y de construcciones que no cuadren con la arquitectura tradicional, un pueblo que mantiene su esencia y la belleza de sus calles cuidadas y adornadas se comprueba al pasear por ellas.

Para iniciar el recorrido se va calle abajo hasta salir del pueblo siguiendo en descenso hasta llegar al arroyo de Peñalba, poco después de unirse al Aro, cruzando por un puente de madera y desde allí comenzar a subir hasta el desvío a la cueva de San Genadio. En el desvío se sigue por el camino de la izquierda, cruzando poco después el arroyo del Silencio, para continuar subiendo por camino empedrado, que pasa por desvíos hacia los canales romanos a la derecha y a la cascada a la izquierda. Al final el camino se convierte en estrecha senda para llegar al fin a la zona rocosa donde se encuentra la cueva, que es una amplia oquedad donde una persona puede vivir bien, aunque hay zonas en las que existen filtraciones de agua. En el fondo han colocado un altar con una rústica imagen del santo.En el entorno de la cueva se puede ver la localidad de Peñalba y se regresa por el mismo camino hasta el desvío de la cascada, donde se debe seguir por la derecha. En el poste del desvío nada dice de la cascada, una vez que se ha tomado el camino ya hay un cartel que señala que se va en dirección a la cascada y solo queda subir un buen tramo hasta cruzar un pequeño arroyo y seguir subiendo al otro lado durante otro buen trecho. Al final se llega a la cascada y hay que bajar ligeramente. No es demasiado grande, pero es ancha y con mucha agua puede ser imponente. Se debe vadear el arroyo y pasar al camino del otro lado, siguiendo hacia la mayada alta, por un sendero en principio llano y metros después muy empinado y abierto entre escobas.Comienza así la parte más pindia del camino que va a durar un buen rato, ya que en medio kilómetro se van a subir directamente 200 metros de desnivel, en principio por un pasillo entre escobas y al final entre brezos mucho más bajos y una vista espectacular hacia la olla berciana. En la última parte de subida el camino va haciendo varios quiebros para aminorar el desnivel facilitando la ascensión. Cuando el desnivel deja de ser tan acentuado, se llega a un cruce que, a la derecha, sigue subiendo hacia las faldas y la cumbre del pico Tuerto, mientras que a la izquierda una senda con no demasiada pendiente sale hacia la loma. Éste último es el sendero que se va a seguir, y que se va a utilizar para la vuelta a Peñalba.En principio sube, pero con pendiente menos acusada, hasta llegar a la loma en la que se ven los valles del Silencio y del Aro, abajo el monte de la Cruz del Pico y al fondo la hondonada de Ponferrada mientras que a la derecha se divisa perfectamente Peñalba de Santiago y a la izquierda la mole caliza en cuya base se encuentra la cueva de san Genadio.Solamente queda descender primero por la loma con una magnífica vista hasta que en un momento determinado el sendero gira para bajar hacia el arroyo del Aro, por una ladera muy empinada que se supera con bastantes zig zags que hacen que la cuesta no sea tan empinada y se baje en general bastante bien, aunque las rodillas puedan sufrir un poco.

El sendero acaba en un camino que vadea el arroyo Aro entre árboles y praderas, para continuar ya por la vega descendiendo suavemente, hasta llegar a la zona rocosa de donde sale la senda de montaña para los montes Aquilianos y que llega al cruce que lleva a la ruta de la Tebaida, sin embargo, se debe tomar el camino más amplio que sigue recto hacia la localidad de Peñalba.

Antes de entrar en la localidad se encuentra el cementerio con la cruz de Peñalba en su puerta y el camino sigue al lado de un arroyo de empinadas laderas donde se encuentran viejos castaños y al entrar se va a ver la fuente y el lavadero, para pasar después por las calles de Peñalba de Santiago viendo la estructura y belleza de sus construcciones que han hecho que esta localidad sea declarada conjunto histórico-artístico y nada afea sus construcciones y calles. Además no es posible circular por el casco urbano, dejando los vehículos en los aparcamientos de la entrada donde va a finalizar la ruta.
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