Rosa Marina González-Quevedo, De Cuba a León en un viaje literario

La autora es una y es otra, bucea en el mundo novelístico y se desgarra en el poético

Mercedes G. Rojo
04/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
La escritora Rosa Marina González-Quevedo y la portada de su novela 'La enana'. | L.N.C.
La escritora Rosa Marina González-Quevedo y la portada de su novela 'La enana'. | L.N.C.
"La mujer es una criatura mágica que se mueve, imperceptiblemente, entre el presente y el tiempo que no tiene dimensiones, en el que se encuentran todos los rostros de nuestra existencia".

(Rosa Marina González-Quevedo. Escritora)


Retornamos hoy a los caminos leoneses de esta provincia nuestra, de la mano de una leonesa de adopción. Rosa Marina González-Quevedo (Matanza, 1962) es cubana de nacimiento; ciudadana del mundo, pues ha paseado su vida por diversos países y lugares, y hoy en día una leonesa de adopción que participa de manera activa en la vida literaria de la ciudad y la provincia. Si tuviéramos que resumir su perfil en este campo, podríamos decir de ella que es una amante de la filosofía y las letras que como escritora ha cultivado (o cultiva, más bien) la ensayística, la narrativa y la poesía. Entre sus ensayos, algunos publicados para universidades cubanas e italianas; de su narrativa, relatos que han visto la luz en diversas revistas internacionales y diferentes trabajos antológicos o corales en España y su primera novela, ya en marcha desde hace un par de meses; y en poesía, numerosas colaboraciones y dos poemarios inéditos, 'Entre el mar y el cielo' y 'El ritmo del conjuro', que buscan también su camino de salida al mundo. Y es que Rosa Marina es una y es otra, bucea en el mundo novelístico y se desgarra en el poético, mostrándonos su yo más profundo y la impronta que han ido dejando en ella los distintos lugares y culturas por los que ha ido transitando en su devenir vital.

Aunque en las últimas semanas quien piense en ella en clave literaria, lo hará sin duda marcado por la estela de su recién estrenada novela, 'La enana', que está llevando con éxito a distintos puntos de la geografía española, permítanme que comience este breve acercamiento a su figura de la mano de unos versos que este año dedicaba la autora a Josefina Aldecoa, protagonista del homenaje que un nutrido grupo de escritoras le hicimos a quien nos precedió con tanta fuerza en el camino de las letras leonesas, y en el que también ella participaba:

Voy caminando por mi misma.
He escapado del destino
que me convirtió en esfinge de la soledad
y he abierto la puerta
al deseo oculto tras el muro de mi corazón de piedra
para cantarle a la vida
desde el pedestal que los ángeles ofrendan
a las damas que caen al vacío
cuando la piel ya no es tersa y la mirada es sombría…

De ‘Destino’, en Josefina Aldecoa. Una leonesa entre la literatura y la educación.

Selecciono estos versos, inspirados en el universo existencial de Gabriela, especialmente en lo referido a la etapa que transcurre en el tercer libro de la trilogía 'Historia de una maestra', bajo el título de 'La fuerza del destino', de la que es protagonista, porque enlaza muy bien con el tipo de personajes que Rosa Marina Glez.-Quevedo utiliza en su universo literario, especialmente el narrativo. Y es que muchas de sus protagonistas son mujeres, mujeres de ficción a través de las cuales se recrean diversos aspectos del cosmos femenino, sin darle miedo en ellas su relación con la edad, con la enfermedad o con esos otros aspectos menos amables de los que no siempre es fácil hablar, ni siquiera desde la literatura, y que las convierte en personajes minoritarios sobre los que descansar la mirada tanto de quien escribe como de quien lee. Como la protagonista en torno a la cual gira su reciente novela para la que eligió el personaje de una enana, en un tratamiento del mismo que va desde la discapacidad física a la superioridad intelectual que la convierte en una superdotada, aspectos ambos a los que tan difícil parece resultar enfrentarse, en el caso del común de los mortales. Junto a ella, otros personajes, femeninos y masculinos, nos van llevando por un viaje constante entre el pasado y el presente, a través de cinco ciudades, en el que diversas realidades se dan cita: la palpable y las "posibles".

En cuanto a su poética, en concreto en relación con los dos poemarios (inéditos) que ya obran en su haber mezcla en el primero el intimismo con lo metafísico; en el segundo, la leyenda, la adivinación y el ritmo. Y en ambos subyace tanto la impronta dejada por tantas lecturas realizadas en torno a autores de todo tiempo y estilo como la huella de esos viajes que constituyen su pasión y que la han llevado a distintas ciudades hasta recalar definitivamente en León donde, cosmopolita de esencia, dice sin embargo no sentirse totalmente extranjera pues llegó a ella por amor, y en ella ha encontrado el ambiente literario que la ha hecho rememorar su Cuba natal donde se inició en estas lides.

De hecho es fácil encontrar a Rosa Marina participando con sus textos en los diferentes eventos literarios, ya sean poéticos o narrativos, que se extienden por toda la geografía leonesa, e incluso forma parte del Colectivo literario Mil-9 que tiene entre sus objetivos esa difusión literaria a través de propuestas corales muy trabajadas, en la que es claramente inconfundible su acento cubano.
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