La diabetes y la salud bucal representan una combinación que puede derivar en complicaciones si no se toman las medidas oportunas. La diabetes reduce la resistencia del cuerpo a las infecciones y ralentiza el proceso de cicatrización. Si no se controla, puede dañar los leucocitos (glóbulos blancos), la principal defensa del cuerpo contra las infecciones. Esta es la razón por la que las infecciones bucales pueden volverse más graves en personas con diabetes no controlada. La diabetes también puede disminuir el flujo salival y aumentar los niveles de glucosa en la saliva, lo que la convierte en el escenario ideal para infecciones fúngicas (hongos) como la candidiasis, informan en un comunicado de prensa.
Recomendaciones
El Colegio Oficial de Dentistas de León, con motivo de la campaña ‘Salud oral y Diabetes’, recomienda a las personas con esta patología seguir una serie de pautas como tener una estricta higiene bucal (cepillar los dientes meticulosamente después de las comidas, por la mañana y por la noche, durante dos minutos con un cepillo adecuado. Usar pasta de dientes fluorada y no olvidar la higiene interdental diaria con seda dental o cepillo interdental); mantener unos hábitos saludables (controlar el equilibrio de azúcar en sangre, el peso, seguir una dieta adecuada, realizar ejercicio físico, no fumar y evitar el alcohol) y visitar al dentista (acudir al dentista, al menos, dos veces al año, incluso en ausencia de síntomas).El doctor Francisco José García Lorente, presidente del Colegio Oficial de Dentistas de León y vicepresidente del Consejo General de Dentistas de España, explica que «las personas diabéticas tienen una mayor probabilidad de tener enfermedad periodontal, que les puede causar dolor, mal aliento prolongado, dificultades para masticar e incluso la pérdida de los dientes. La diabetes también puede retrasar el proceso de cicatrización e interferir con el tratamiento dental, por lo que tenerla controlada es la mejor prevención ante las enfermedades bucodentales».