El primero de ellos ha sido presentado al Instituto de Transición Justa. Es un proyecto de Bosque Urbano, que pretende actuar sobre 293.000 metros cuadrados en la zona de la antigua Montaña de Carbón y tiene un presupuesto de casi 4 millones de euros. Incluye un plan de restauración agroforestal que pretende “convertir esa zona en una zona de ocio verde, con atractivo social y turístico para albergar actividades deportivas, de formación, concienciación con el medio ambiente y economía circular”, explica el alcalde. Además, continúa, “supone un nexo perfecto entre el barrio de Compostilla y el resto de la ciudad”.
Las actuaciones que se pretenden llevar a cabo en este emplazamiento son diversas. Algunas de ellas son la restauración ambiental, monitorización sensórica, la creación de una zona de alta absorción de CO2, otra de media absorción de CO2, crear una reserva ambiental, una zona de bosques de transición, un parque urbano, una laguna para el refugio de aves y anfibios, una red de caminos, rehabilitación de una nave en ruinas, una zona de integración desde el punto de vista didáctico-infantil, un área de autocaravanas autogestionada, adecuación de zonas de carril bici o el soterramiento de las líneas eléctricas y de teléfono que hay en la zona, entre otras.
Tal y como insiste Ramón, “no se trata de un parque, sino de un bosque urbano con áreas de valor ambiental que se van a situar en suelo urbano. Habrá especies de flora autóctonas y especies introducidas para mejorar el valor ambiental, estético, científico, recreativo y turístico”, destaca.
Además, el regidor enumeró una serie de ventajas económicas que, según dice, ofrecerá este proyecto: “Se va a incrementar el valor de los inmuebles cercanos, se va a fomentar el empleo verde, va a suponer un atractivo turístico que beneficiará a los comerciantes del entorno y tendrá su repercusión en una disminución en el gasto sanitario derivado de ingresos hospitalarios”.
Recurriendo a datos concretos en la rama medioambiental, el alcalde aseguró que va a actuar sobre la mejora de salud con un filtro de contaminantes urbanos, y presentará beneficios ambientales como la reducción de la temperatura del aire entre 2 y 8 grados, la disminución de la contaminación acústica, la mejora de la biodiversidad urbana, la creación de un sumidero de CO2 y la reducción de las islas de calor que se producen por el calentamiento de los materiales propios del ámbito urbano.
Ramón también hizo énfasis en la conformación de una laguna artificial en la que se va a crear un ecosistema con un bosque de vegetación de ribera, además de la constitución de un espacio protegido para la vida silvestre que comprende flora, aves y anfibios, principalmente. Por último, desde el Ayuntamiento se especifica que también “va a ser una zona de experimentación con sensorización de todo tipo para visualizar en una aplicación pública la realidad del proyecto: su integración con el resto de la sensórica de la ciudad y si se van consiguiendo los retos de reducción de CO2, contaminación acústica o de la temperatura”.
La duración de este proyecto, si fuera aprobado, sería de 33 meses.
Viviendas sociales
El segundo de los proyectos aprobados y presentados, este también al Instituto de Transición, con un importe de casi un millón de euros. Es un plan para la rehabilitación de las viviendas de los maestros, situadas en la Calle Ancha, para convertirlas en viviendas sociales.
En esta actuación, que será global sobre el edificio, contempla la incorporación de un ascensor y la adaptación de los domicilios para personas con movilidad reducida. Según explica Ramón, se van a adaptar ocho viviendas, dos por planta, y se acondicionarán los bajos del edificio. “Queremos tener un mínimo parque de viviendas sociales que dedicar a familias jóvenes, mujeres víctimas de violencia, trabajadores precarios, personas en paro, inmigrantes, minorías étnicas con especiales dificultades, refugiados o personas sin hogar”, explicó Ramón.
El proyecto, en caso de ser adjudicado, tendría una duración de ocho meses.
Dinamización económica
Por último, el Ayuntamiento de Ponferrada ha presentado al PRTR un proyecto para la dinamización comercial de la ciudad y del Mercado de Abastos.
Consta de una actuación tecnológica, que significa la transformación digital encaminada a conocer los comportamientos de los visitantes en cualquier zona comercial, y permite saber cómo evoluciona el interés del público en el uso de los diferentes espacios y el impacto de promociones y eventos para llevar a visitantes a los comercios locales e incrementar las ventas. “Es un programa de fidelización y revitalización que conecta los mensajes digitales con la presencia del cliente en las zonas comerciales y de interés”, narra el alcalde.
Por otro lado, este plan tiene otra vertiente, una de obra civil en el propio mercado, que tiene que ver con la mejora de la eficiencia energética, colocación de cortavientos, puertas automáticas, sensores de movimiento, eliminación de cortinas de aire eléctricas, mejora de la eficiencia energética, instalación de toldos para la protección solar, mejora de accesibilidad y señalización, reforma de suelos y texturas o la reparación y la mejora de la higiene y seguridad alimentaria. Además, incluye la instalación de cuatro paneles LED informativos, y de cámaras de conteo y de seguridad.
El importe global del proyecto es de 366.455,76 euros y tiene, igualmente, un plazo de ejecución de ocho meses.
Para terminar, el alcalde revela que los tres proyectos serían subvencionales al 100%, y en el caso de este último, de no ser elegido, sería asumido por el propio Ayuntamiento, pero en varias anualidades.