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Pervirtiendo el espíritu del 78

17/12/2022
 Actualizado a 17/12/2022
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Ahora que la política desprende un asqueroso e insoportable aroma a hipocresía, sectarismo, incoherencia, revanchismo y manipulación. Ahora que son mayoría los que llegan a la política para vivir de ella y no por ella. Ahora que abundan los hinchas de unas y otras siglas que sólo ven los males del de enfrente y no son capaces de ver las tropelías que hacen los de su acera. Ahora que muchos periodistas se han travestido y se han convertido en militantes de no sé qué ideales políticos. Ahora que unos y otros se presentan como los defensores de la democracia de este país y evocan el espíritu del 78 según les convenga o no. Ahora, precisamente ahora, es el momento de fijarse en el antes. Así a lo mejor seguimos manteniendo la esperanza de que podemos volver a los orígenes de la política bien entendida. Y en el peor de los casos, cabe la opción de que a algunos de los que supuestamente representan a los ciudadanos se les caiga la cara de vergüenza.

En 1979 en un pueblo leonés llamado Valencia de Don Juan, en el que un año antes había nacido el que les escribe, las elecciones municipales arrojaron el siguiente resultado: 6 concejales del PSOE, 4 de UCD y 1 de CD. Vamos, mayoría absoluta del PSOE. Puede ser que el vivir décadas de opresión y de falta de libertades tuviera algo que ver, pero aunque con la mentalidad de hoy en día nos pareciera imposible, las concejalías se distribuyeron entre los concejales del PSOE y 3 de UCD.

Este es un claro ejemplo de cómo se puede ejercer la política bajo la única premisa de buscar el interés general, independientemente de las ideologías que pueda defender cada uno. Los representantes elegidos por sus vecinos ejerciendo la responsabilidad para la que fueron designados: gobernar para el pueblo y no para los únicos intereses de uno u otro partido. Me imagino que este hecho ocurrido en Valencia de Don Juan sucediera en otras localidades de esa España ansiosa de disfrutar de la libertad.

Una pena que ese espíritu de trabajar por la ciudadanía fuera tan efímero en nuestra política. Una vez conseguido el sueño de la libertad, el poder fue corrompiendo los pilares de la política de nuestro país hasta llegar a la pestilente y repugnante situación actual. La mentira y la manipulación son los compañeros de viaje de la inmensa mayoría de nuestros políticos actuales. Basta ya de manipular unos y otros ese espíritu del 78 y en vez de manosearlo tanto, a ver si tienen los arrestos de honrarlo y volver a esos años en los que algunos habitantes de la piel de toro dieron un ejemplo de que es posible ejercer la política de manera ética y honrada.
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