Perros potencialmente peligrosos dependiendo de por donde pasean

Un dogo de Burdeos como el que provocó dos muertes en Madrid debería llevar bozal en Galicia pero podría circular sin precauciones por el Bierzo

A. Cardenal
26/11/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Imagen de archivo de un ejemplar de Dogo de Burdeos. | L.N.C.
Imagen de archivo de un ejemplar de Dogo de Burdeos. | L.N.C.
El fallecimiento esta semana de una madre y su hija en la urbanización madrileña de Colmenar de Oreja tras ser atacadas por sus perros ha reabierto el debate sobre la normativa y el control de las especies consideradas como potencialmente peligrosas (PPP).

Las diferencias a nivel legislativo son significativas y muchas veces incomprensibles. Así, un Dogo de Burdeos, la raza que atacó a su dueña en Madrid, sí está considerada y recogida como potencialmente peligrosa en Galicia pero no en Castilla y León.

Así, en una zona limítrofe como el Bierzo se pueden dar casos surrealistas, como que el dueño de un Dogo de Burdeos tenga que llevar a su mascota con bozal y correa en el Barco de Valdeorras pero pueda pasearlo sin las restricciones establecidas para los perros PPP en Puente de Domingo Flórez, a menos de 20 minutos de distancia.

De hecho, la normativa gallega es mucho más estricta que la de Castilla y León. El Real Decreto 134/1999 del 24 de junio se contemplan como razas «potencialmente agresivas» el American Stafford Terrier, el Pit Bull, el Dogo Argentino y del Tibet, el Fila Brasileiros el Rottweilery el Tosa Inu, un listado muy similar al que posteriormente se contempló a nivel nacional en el Real Decreto 287/2002 del 22 de marzo. Por su parte, en Galicia la lista pasa de ocho a catorce especies y también se incluyen, además del propio Dogo de Burdeos, el Mastín Napolitano, los perros de presa Canario y Mallorquín o el Bullmasttiff, un cruce de Mastín inglés y Bulldog.


En cualquier caso, en el artículo 13, se matiza que deberán circular provistos de bozal y conducidos por personas mayores de edad aquellos perros cuya agresividad sea «razonablemente previsible, dada su naturaleza y características», independientemente de que este contemplada como raza peligrosa, por lo que la responsabilidad recae directamente en los dueños.

De hecho, en Ponferrada, han sido varias las concentraciones de dueños de perros PPP las que han pedido la modificación de la normativa, defendiendo la importancia de la educación, factor que consideran clave para todos los animales sin distinción.
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