Pablo Carro: "Siempre hay algo que te llevas de los personajes"

El joven actor leonés trata de abrirse camino en el siempre competitivo mundo de la interpretación. Hasta ahora su papel más destacado ha sido el de Miguel, el nieto de la familia Olmedo, en la serie ‘Acacias 38’, si bien también forma parte del elenco de 'La caza. Tramuntana', que se emite los miércoles en horario de máxima audiencia en La 1 de TVE

Joaquín Revuelta
23/02/2021
 Actualizado a 23/02/2021
La serie de La 1 de TVE ‘Acacias 38’ ha sido la que ha dado visibilidad al joven actor leonés de través del personaje de Miguel. | PEDRO VALDEZATE
La serie de La 1 de TVE ‘Acacias 38’ ha sido la que ha dado visibilidad al joven actor leonés de través del personaje de Miguel. | PEDRO VALDEZATE
Pablo Carro González es un joven leonés que se está abriendo camino en el complicado mundo de la interpretación. En su todavía muy corto curriculum figuran trabajos de formación en la Escuela de interpretación de Carlos Cabero, como ‘Cuentos cortos’ en los que interpreta a un vampiro que parece salido de la saga ‘Crepúsculo’, si bien es el personaje de Miguel, el nieto de la familia Olmedo, el que le ha dado visibilidad no solo a nivel nacional sino también internacional, dado el éxito de la serie 'Acacias 38' en otros países. Queremos saber más de este joven actor que dado su agraciado físico también podría haberse ganado la vida como modelo. Leonés capitalino, cursó sus primeros estudios en el Colegio Discípulas de Jesús para pasar más tarde a Jesuitas y posteriormente en el Colegio Leonés Jesús Maestro. Pablo Carro reconoce que lo de ser actor no es algo que tuviera en mente en aquellos primeros años de formación. «Sí que es verdad que estuve en clases de canto, también de baile y durante algunos años llegué a competir en la disciplina de gimnasia artística, pero nada de aquello hacía presagiar  que mi futuro iba a estar ligado a la interpretación», sostiene el joven actor, que finalizado Segundo de Bachillerato no tenía muy claro lo que hacer. «Siempre me ha había gustado todo lo relacionado con la comunicación, así que mi primera elección fue Publicidad y Relaciones Públicas, aunque te tengo que confesar que no sabía de lo que iba aquello. Recuerdo que fue en el verano de 2017, recién terminado Segundo de Bachillerato, que tuve la oportunidad de entrar como figurante en la comedia de Paco León‘Kiki, el amor se hace’ y la verdad es que todo aquello me dejó fascinado. Por suerte tuve a mi padre como mi mejor aliado y de hecho fue él quien movió todos los hilos para que ingresara en la Escuela Universitaria de Artes TAI en Madrid. Mi padre es de la teoría de que es mejor arrepentirse de lo que haces que de lo que no haces, así que decidí probar si tenía realmente vocación de actor  y aquí sigo», señala Carro, que reconoce haber encontrado en sus padres y su hermana un gran apoyo. «La verdad es que ese apoyo, sobre todo por parte de mi padre, que es abogado de profesión, es algo que a mí también me sorprendió, pero creo que desde el primer momento se dio cuenta que no iba a seguir sus pasos. Si bien mi padre es el que movió los hilos para que emprendiera este camino, debo a mi madre que sembrara la simiente apuntándome a la música, al baile o la gimnasia artística. Y además he tratado de seguir su consejo de no abandonar aquello que empiezo. Ella fue la que siempre vio mi lado más artístico y tengo que decir que por parte de los dos he encontrado apoyo total».  

También de su hermana Raquel, que actualmente ejerce como profesora en Irlanda, ha encontrado el apoyo para emprender su aventura madrileña, que lógicamente supuso un cambio muy drástico de lo que había sido hasta entonces su vida en una ciudad de provincias como León. «Me fui a Madrid con 17 años, a una ciudad que no conocía, aunque viendo de pequeño en Google una fotografía de la Gran Vía tuve la sensación de que algún día viviría en aquella gran urbe», recuerda Carro, que residió durante los dos primeros cursos en la Residencia Universitaria Madrid Tagaste regentada por un leonés. «En la Escuela me encontré con actitudes y comportamientos que al principio me chocaron bastante, pero a los que terminé acostumbrándome, aunque recuerdo una llamada a mi padre comunicándole que no sabía dónde me había metido. Por suerte, aquel choque duró poco y pronto empecé a darme cuenta de que en realidad tenía más cosas en común con aquellas personas que con mis contactos de León», reconoce el joven actor, cuya paso por la Escuela TAI le ha brindado una formación de la que carecía y que le ha sido de gran utilidad en sus pinitos profesionales. «Ten en cuenta que yo no tenía ningún tipo de formación escénica y el conocimiento de aspectos como el espacio, el lugar o la conexión con personas me resultaron muy útiles a la hora de ponerlo en práctica en la serie ‘Acacias 38’», comenta el actor, que en la actualidad cursa el último año de la carrera. «A la vez que te digo que esas enseñanzas me han sido de utilidad, también reconozco que no han sido suficientes. Lo primero que voy a hacer una vez que termine en TAI es seguir formándome haciendo cursos intensivos de cine e interpretación en diferentes centros, porque en esta profesión nunca terminas de formarte del todo. Es un continuo aprendizaje que te permite seguir mejorando como actor».Pablo Carro tuvo pronto claro que para abrirse paso en esta profesión necesitaba un representante, un objetivo que precisaba tener acabado el primer curso y disponer de videobook. «Recuerdo recibir un correo electrónico de mi actual representante, Carlos Cabero, en el que me invitaba a participar en un casting de nuevas caras. Supongo que debió de ver algo mío en Instragram, pero lo cierto es que me personé en el casting y lo que vio en la grabación que me hizo debió de convencerle porque me aceptó en la agencia», recuerda el joven actor leonés, que reconoce también se vio tentado durante un tiempo a trabajar como modelo, aunque sus padres fueron tajantes a la hora quitarle aquella idea de la cabeza. «Sobre todo fue mi madre la que más insistió en que yo no había venido a Madrid para ser modelo sino para ser actor. Aunque nunca me vi en la profesión de modelo, creo que hice bien siguiendo los consejos de mi madre y ahora es algo que solo contemplo como un complemento a la carrera de actor», destaca Carro, quien da mucha importancia dentro de su trabajo a tener una buena dicción, algo de lo que adolecen algunos jóvenes intérpretes ya consagrados. «Pienso que es un aspecto muy importante de mi profesión y algo que se debería de trabajar como una asignatura y que en la Escuela, no sé si será por una cuestión de tiempo, no se ha trabajado lo suficiente. Tengo compañeros procedentes de Italia o de Venezuela a los que les preocupa mucho el acento neutro. Más allá de eso se trata de que se te entienda. Tengo que decir que gracias a la serie ‘Acacias 38’ y a actrices como Ana Goya, que hace de mi abuela en la ficción, he podido mejorar este aspecto», comenta el actor, que en la serie interpreta a Miguel, un personaje que el pasado mes de diciembre desaparecía de ‘Acacias 38’, en lo que ya es una despedida definitiva porque la serie pone fin a una larga singladura de cinco años en La 1 de TVE con el rodaje el próximo mes de marzo de los últimos episodios. Preguntado si le ha costado salir de un personaje con el que ha convivido a diario durante algo más de medio año, Pablo Carro confiesa que incluso en pequeños roles para trabajos de la Escuela siempre hay algo que te llevas de los personajes. «En mi caso me llevo ante todo un aprendizaje. Con cada trabajo siempre aprendes algo, siempre descubres algo», comenta el leonés, que no percibe su trabajo de la misma manera en el set de grabación que cuando tiene ocasión de verse en televisión. «Soy bastante crítico con todo lo que hago y recuerdo que los primeros meses no me gustaba verme en pantalla. Solo cuando empecé a entender un poco el código, a saber moverme con más soltura en el set de rodaje, he aprendido aceptarme mejor», comenta el actor leonés, que en sus primeras semanas en la serie tuvo que hacer frente a una secuencia complicada en la que mientras se desvestía tenía que entonar la canción de Sara Montiel ‘La pulga sabia’. «Después de aquello se me quitaron todos los complejos», se ríe Carro, que reconoce que las escenas ‘de cama’ no es algo que se trabaje físicamente, se cuidan un poco aunque nunca precisan demasiada preparación. «Se repiten lo justo porque es algo que debe surgir de forma natural», comenta el actor, que a la hora de abordar un personaje siempre trata de huir de lo que resulta más cercano a su persona, por eso le gustan los personajes de época, como Miguel en ‘Acacias 38’, al que sin embargo ha  aportado varios de sus gestos. «El personaje de época te permite alejarte de la cotidianidad, de la actualidad, es otro código, otra manera de expresarse, de moverse, te coloca en un lugar diferente, que es lo que pretende el actor al disponer de un abanico más amplio para trabajar distintas cosas».

Pablo Carro asegura que todavía es muy pronto para saber si ‘Acacias 38’ le abrirá puertas de cara a su futuro profesional. «Ahora lo que quiero es terminar de formarme y en ese sentido en marzo comenzaré un curso intensivo de cine con Miguel Bardem. Pero confieso que tengo cierto vértigo. Lo peor es esa sensación de vacío que te queda después de estar meses sin parar de trabajar y estudiar. Ese vacío se apoderó de mí durante una pequeña temporada pero ahora por suerte estoy en otras cosas y dispuesto a seguir luchando para salir adelante». 
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