Estoy orgulloso de ser una persona de espíritu liberal. Desde bien pequeño mi padre me decía que siempre iba a «mi bola», nunca me ha gustado el conflicto y me suelo adaptar bien porque tiendo a asumir sin problema la diversidad de la gente. No soy muy competitivo y cuando en una conversación alguien quiere hacerse notar subiendo el tono, yo me limito a callarme y sentir pena por los que le tengan que aguantar en casa. No suelo intentar convencer a nadie de lo que pienso (igual sí persuadir) pero tampoco admito que me intenten convencer a mí. Vive y deja vivir.
Sin embargo, en ocasiones, ese mismo espíritu liberal me hace ser testigo de polémicas artificiales con la sensación de que estoy posicionado en el lado contrario al que por mi entorno, educación y ámbito social debería ser. Ahora es fácil darte cuenta de esto, cuando entras en X (Twitter) y te ves opinando algo parecido a lo que opinan los que en otros temas te atacan.
Ahora me encuentro precisamente en unos de esos momentos de contradicción ideológica liberal, debido a la absurda polémica sobre la canción que representará a España el próximo Eurovisión. La canción del dúo Nebulossa titulada ‘Zorra’.
En esta España nuestra en la que es deporte nacional cavar trincheras para posicionarnos en un bando o en otro y que se le saca punta a todo, el festival de Eurovisión empieza a ser un clásico en hacer correr ríos de tinta. Ya el año pasado tuve que escribir sobre «el culo de Chanel». En aquella ocasión a unos les pareció que enseñar el culo era una cosificación de la mujer mientras otros, el mismo culo, lo interpretaban como un empoderamiento femenino. Cualquier argumento es bueno para tirarnos los trastos a la cabeza.
Este año, la gente vuelve a polarizarse ante una simple actuación musical y por un lado a unos les parece muy fuerte eso de que se hable de «zorras» y haya dos maromos que lleven corsé y tanga, y los otros aprovechan para hacer bandera ante esos ofendidos llamándoles fascistas. Incluso el mismo presidente del Gobierno, experto en crispar y dividir a los ciudadanos, ha entrado a la polémica con su concepto de «fachosfera».
En lo que a mí respecta, me parece todo una chorrada y la canción me gusta bastante. Es pegadiza, muy festivalera y me recuerda a la música de Alaska. Sobre que los dos osos que forman el cuerpo de baile lleven tanga, pues mire usted, que lleven lo que quieran y su dignidad les permita, pero no pasa de ser algo de más o menos gusto, sin más. En lo artístico, sólo lamento que la cantante no tiene ni un pijo de fuerza en la voz y parece salida de un karaoke nocturno. Pero la canción, como digo, me gusta.
Vamos a intentar no buscar rivalidad hasta en la mayor chorrada y no sacar las cosas de quicio. Recordemos las famosas canciones de Meredith Brooks, ‘Bitch’ (zorra), la de Metallica ‘Ain´t my bitch, o el ‘bitch’ de los Rolling Stones… son simples canciones que probablemente no tuviesen el mismo impacto comercial si hablasen de raposas o vulpejas.