No os extrañe nada, todo lo contrario, si veis que no puedo llegar al final de esta columna que son dos –«estamos que lo arramamos», dice el director– y es que llevo cuatro días sin comer y no quiero gastar energías que me vayan a hacer falta para el que para mí es el día más importante del año, incluido el día de San Alejo, un grande, que para no hacer uso carnal del matrimonio se metió debajo de la escalera y en 17 años no salió de allí más que para ir al cielo. No te quiero decir la que se prepara si llega a sacar las oposiciones de cocinero en el Latin Lover.
Vuelvo al suco, que me esnorto. No como desde hace cuatro días para comer dentro de tres, y es que el miércoles es el día del Pilar y en los cuarteles de la Guardia Civil –por lo menos en el de mi pueblo– ponen unos pinchos calientes y fríos para confraternizar con el vecindario. Yvino y Fanta y Anaical y Gaseosa de Espumosos Robles... «A todo tren», decimos al verlo. Ytienen el detalle de no hacerte la prueba de la alcoholemia al salir.
Pues que El Tumbao y yo como no tenemos otra forma de recuperar las multas de los ataques por sorpresa de los lobos cuando viajamos de noche pues comemos de todo, incluso comemos al sargento por una pata. No os digo más que en el 2012 El Tumbao enteló y ya venían con la trócola a sacarle los aires, pero a última hora lo arregló a base de ruidos. Dicen que el pulpo no estaba muerto del todo y al nadar en vino pues que empezó a espatalear y le tapó los aliviaderos.

Y San Alejo en la escalera
09/10/2016
Actualizado a
18/09/2019
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