pablo-campos-siluetab.jpg

¿Y ahora qué?

17/03/2016
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
A la Cultural le quedan nueve jornadas con poco que ganar y mucho que perder. Tan altas fueron las expectativas que la Copa del Rey parece ahora un objetivo insustancial para un club que tiene menos urgencias económicas y que no le dio demasiada importancia al torneo. La pañolada (o papelada) del domingo es solo un aviso. El proyecto deportivo pasará en adelante una prueba de fuego. Se lo pueden vender con letras de oro o envuelto en papel celofán, pero el hincha solo compra resultados. ¿Resistirá el plan?. El equipo insiste. Jugó quince minutos de alto nivel, pero le faltó el gol. En los tres meses que arrastra sin ganar en casa nunca fue capaz de adelantarse en el marcador. Cuando los partidos avanzan, las ideas se nublan, la precisión se evapora y cualquier rival encuentra un océano cuando corre hacia el meta Palatsí, junto con Cristóbal, el único que supera la media. Con los primeros abucheos llega el descalabro en el juego y las prisas de la grada chocan con la parsimoniosa elaboración. Es el principio de otro triste final. Y sin merecerlo, se suceden las ocasiones que desnudan las carencias ante el gol. Es la consecuencia de fiarlo todo a Aketxe. No hay más alternativas. Nunca creyó en ellas Ferrando, que se pegó un tiro en el pie sacando del campo a su único argumento ante el gol. El estado del punta es meridiano, pero se mandó al vestuario un tercio de los goles de una Cultural que ansiaba el gol. Capítulo aparte merece la reacción del futbolista, otro “gallo” que cacarea en el corral y que dejó a su técnico a merced de los pañuelos. El club reacciona con impunidad. Curiosamente días atrás lideró una necesaria campaña para devolver al fútbol base a la senda del civismo, la educación y del respeto. Cientos de niños fueron testigos de cómo se comportan sus ídolos. El respeto empieza por uno mismo, con hechos y no solo con palabras en torno a una mesa y un mantel.
Lo más leído