21/10/2023
 Actualizado a 21/10/2023
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Es asqueroso que hoy en día haya gente que tenga el cuajo y la desvergüenza de defender que no todas las vidas de civiles inocentes, aniquiladas por la barbarie humana, valen lo mismo. Cegados por un repugnante supremacismo hay personas, por llamarles de alguna manera, que opinan que la vida, por ejemplo, de un niño israelí y palestino ‘pesan’ diferente. 

Lo que está ocurriendo en Oriente Medio es lamentable y demuestra el salvajismo del que somos capaces los seres humanos. Los asesinatos, violaciones y torturas de las que son víctimas civiles israelíes y palestinos no tienen adjetivos calificativos que se acerquen a definir con exactitud la vileza de esos hechos. Pero tampoco existen palabras que expliquen las conductas de aquellas personas que sólo lamentan la muerte de las víctimas de una de las partes del conflicto, convirtiendo a los muertos de la otra en simples alimañas. 

No llego a entender cómo hay personas que sólo se rasgan las vestiduras dependiendo del origen de la víctima. Pero estos desalmados no sólo habitan en Oriente Medio. Sólo hay que echar un vistazo a los medios de comunicación para ver cómo en todo el mundo hay salvajes que con sus declaraciones y conductas exteriorizan su pensamiento de que el valor de las vidas humanas depende de factores como la religión o etnia. Es bochornoso ver cómo personas con cierta relevancia social sólo muestran su apoyo a las víctimas de un lado, omitiendo deliberadamente el sufrimiento del resto. ¿De verdad es mucho pedir que personalidades del mundo de la cultura, del deporte y de la política griten a los cuatro vientos su apoyo a los civiles israelíes asesinados por Hamás y a los palestinos inocentes que están cayendo bajo las bombas lanzadas por Israel? Pues parece que sí, porque abundan los ejemplos de aquellos que toman partido por uno u otro bando de este conflicto, cuando son víctimas por igual los civiles israelíes y palestinos. 

Puedo entender que haya discrepancia de opiniones y criterios a la hora de determinar el origen de este conflicto histórico y los errores cometidos por unos y otros, pero lo que no voy a entender nunca ni respetar es que haya gente que no condene la imagen de un niño asesinado en un kibutz o bajo los escombros de un edificio de Gaza. Es triste, pero estos días queda al descubierto la bajeza moral de muchos individuos. Ya saben, por sus obras los conoceréis.

 

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