Vanitas vanitatis

Fermín de Pas, magistral de la catedral de Vetusta, es sin duda alguna mi personaje favorito de esa magnífica novela que es La Regenta, que tan bien representa aún hoy en día cierta atmósfera -cada vez más reducida, por suerte- de muchas ciudades pequeñas. Ese canónigo guapo y ambicioso, que hace pesas y se preocupa por su ropa, me ha venido esta semana al recuerdo al conocer la detención del ex ecónomo de la Diócesis de Astorga, Lucio Ángel Vallejo.

La peliculera historia vaticana, que podríamos titular ‘El contable de Dios’, no parece ser más que otra muestra de lo humanos que somos, vistamos como nos vistamos, y tenía ya una precuela interesante, en la que Vallejo protagonizaba un éxito de la pantalla grande como ‘Gescartera’, un estreno en las finanzas en el que la diócesis maragata perdió unos 300.000 eurillos de nada. También había una cinta posterior, que completaría la trilogía: ‘El chalé de Celada’, una trama en la que el ‘prota’ lee el Génesis en zapatillas en una casa de diseño, de su propiedad, que fue Premio de Arquitectura de Castilla y León en 2009.

No sé los que leen esto, pero yo ya tengo las palomitas en la mano y estoy esperando el próximo largometraje.

Desde luego, para predicar que el mundo que importa no es éste, encuentro que muchos de los que envían el mensaje no tienen problemas en vivirlo a tope. Debe de ser por esa frase del Nuevo Testamento que dice que «hay una vida mejor, pero es muy cara». ¿O no es de la Biblia? No sé, a mí que me inmatriculen.