El pasado 15 de marzo se celebró el Día Mundial del Sueño. En 2008 se fijó que tuviese lugar cada tercer viernes de marzo, el último antes del equinoccio con el que da comienzo la primavera.
Este año el lema es ‘Equidad en el sueño para la salud global’. Se trata de una llamada de atención sobre la importancia de un correcto descanso, porque tal vez es una cuestión que no se valora como es debido. Sobre todo, si uno no se ve afectado.
El tiempo que dedicamos a dormir y la calidad con la que lo hacemos, en un sentido o en otro, tiene un gran impacto sobre nuestra salud física y mental. Los expertos; médicos, psicólogos y demás especialistas; ofrecen pautas para corregir los trastornos del sueño que ya afectan a más de un 40 % de la población mundial y mantienen una tendencia al alza en los últimos años.
La teoría, lo que es aconsejable y lo que es perjudicial, la conocemos. Otra cuestión es llevarla a la práctica. Hay personas que no disponen de las condiciones ambientales adecuadas o que están sometidas a situaciones desfavorables por diversas causas que se escapan a su control.
Parece que el estrés se erige como principal enemigo de un sueño reparador. Pero este es solo uno de los múltiples factores, internos y externos, susceptibles de influir en nuestro descanso. Además, cada uno mostramos reacciones diferentes ante ellos. Por eso no es un asunto baladí y su solución en muchos casos resulta compleja. No hay una fórmula universal, el lema elegido quizás es un tanto irreal. Llama la atención que tampoco en algo tan básico como esto puede haber igualdad.
Otra fecha que no quisiera pasar por alto es la celebración de San José, día del padre. A todos los padres, felicidades y disfrutad de vuestro merecido día. Y a todos los hijos, disfrutad de la compañía y el cariño de vuestros padres mientras sea posible.
Tengamos en cuenta que la vida da muchas vueltas, el tiempo pasa deprisa y sin marcha atrás y, para bien o para mal, nada se mantiene eternamente.