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Utilidad e inutilidad política

15/09/2023
 Actualizado a 15/09/2023
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Los que somos o hemos sido políticos vocacionales, nos quejamos de la desafección del ciudadano hacia la política y lo denostado que está su ejercicio. De hecho, me llama la atención la tontería esa de que al político se le exija que su carrera se limite a un par de mandatos. Es como formar a una persona en la empresa privada, para cuando haya cogido una experiencia valiosísima, se le despida para tener que formar a otra persona.

Yo, en este aspecto, soy más exigente con cómo entra alguien en política y no con cuándo tiene que marcharse. De lo que sí estoy totalmente convencido es de que a la política hay que llegar con una experiencia laboral y vital que te permita conocer la realidad de la vida de las personas a las que vas a representar. 

Sin embargo, la salida de alguien de la política no debe venir, bajo mi punto de vista, por llevar en un puesto 8 años. La salida de un fulano o fulana de la política debe venir por la pérdida de ilusión, de imaginación, de capacidad de trabajo y cuando su objetivo en la vida sea cobrar una nómina en lugar de trabajar por los ciudadanos.

Dicho lo cual, hay gente que por su falta de experiencia personal o profesional nunca debería ostentar un cargo, pero también hay otros muchos que tampoco deberían entrar en política, o más bien ser admitidos en política, porque ya nacieron sin ilusión, sin imaginación y sin capacidad de trabajo.

Si hace un par de semanas les hablaba en esta misma columna de la suciedad que invade nuestra ciudad, de la que se quiere hacer responsable a los dueños de perros, esta semana nos hemos enterado que el ayuntamiento de León se va a gastar 85.000 euros en un informe del estado de la limpieza de nuestras calles. Yo se lo hice gratis. De nada.

Encargar a una empresa externa que te diga cómo está de sucia tu ciudad, la ciudad por la que paseas, teniendo funcionarios más que suficientes para hacerlo, es una barbaridad, un insulto a la inteligencia, además de una dejación de funciones absoluta, pagando dinero a un tercero para que haga tu trabajo, como ya han hecho con anterioridad con otros muchos informes que realmente deberían ser elaborados por el equipo de gobierno con ayuda de los empleados municipales.

Si para buscar la reactivación económica de León, para revitalizar nuestro casco histórico, para conocer qué edificios tienen amianto, qué se puede hacer para tener la ciudad limpia, cómo devolver el esplendor a nuestros jardines y a los márgenes de nuestros ríos, qué oferta cultural y turística debemos implementar para atraer turismo… se lo encargamos a empresas privadas, que alguien me diga para qué necesitamos un alcalde y unos concejales.

La externalización por parte del equipo de gobierno de las propuestas y la estrategia de una ciudad como León, para fundamentar su legislatura en asistir a misas, entrega de premios y eventos deportivos donde sacarse una foto, son un ejemplo del tipo de político que les decía antes que no sirve, lleve cuatro, ocho, doce años o acabe de entrar.

 

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