20/06/2023
 Actualizado a 20/06/2023
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Recientemente ha dado mucho que hablar una entrevista de Carlos Herrera a Zapatero. Me ha parecido interesante una de sus respuestas, diciendo que no sería tan malo, teniendo en cuenta que, mientras la oposición criticaba muchas de sus leyes, al llegar a gobernar las seguía manteniendo. No le falta razón. Un ejemplo claro lo tenemos, entre otras, en la ley del aborto. El PP era muy crítico e incluso la recurrió ante el Tribunal Constitucional. El alto Tribunal no ha hecho caso a dicho recurso y, además, ahora el líder del PP le da la razón, estando también a favor de la llamada ley de plazos. Algo tan absurdo como que hoy es legal eliminar una vida y dos días más tarde no, tratándose del mismo niño.

Por mucho que la sociedad se vuelva indiferente ante un hecho tan cruel como la trituración de seres humanos indefensos e inocentes, no podemos conformarnos y cruzarnos de brazos. Quien no defiende al ser humano en todas las etapas de su vida está saltando una línea roja, muy roja, marcada con sangre inocente. Es un error pensar que estar a favor del aborto es ser progresista o que estar en contra es ser facha. Por desgracia hay muchos ciegos que no ven este gravísimo atentado contra la dignidad humana, al igual que en otros tiempos no veían la gravedad de la esclavitud, la discriminación racial, la venta de niños o el tratar a la mujer como un ser inferior.

Pero, afortunadamente, sigue habiendo personas que tienen sensibilidad, sentido común y una conciencia no pervertida. Y por eso se niegan a dar su voto a candidatos que se saltan esta línea roja, roja ensangrentada. Aunque quienes aspiran a gobernar la próxima legislatura no sean conscientes de ello, una de las razones por las que no parece probable que saquen mayoría absoluta es precisamente por su pusilanimidad ante la defensa de un derecho tan fundamental como es el derecho a la vida y ante otras leyes ideológicas. No nos cansaremos de repetir que la mal llamada ultraderecha es precisamente fruto de esta claudicación, ya sea por mero interés electoralista o por estar convencidos de ello. En ambos casos es lamentable. No podrán ya decir que se inspiran en el humanismo cristiano. De ahí que quienes defienden este humanismo se sientan defraudados.

No es ningún secreto que Zapatero ha hecho mucho daño, aunque lo han hecho bueno sus actuales sucesores. Y tampoco es extraño que haya surgido una alternativa a la alternativa. No todo el mundo está dispuesto a tragar las nefastas leyes ideológicas.
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