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Una hostia a tiempo

13/04/2015
 Actualizado a 11/09/2019
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Cuando está mejor vista la actitud de un alumno delincuente y pasota con padres que le protegen e increpan al profesor, que la de un maestro que adiestra a quien sólo tendría que dar conocimientos, defender algunos aspectos de la escuela de antes es poner a los abanderados de la rebeldía una diana para seguir lanzando dardos contra estas líneas de forma incivilizada, como hacen primero en las aulas y después en la calle.

Un juzgado de León estudia una denuncia por supuesta agresión de unos agentes que iban a cumplir con su trabajo y fueron atacados por unos jóvenes; ahí comenzó la trifulca y, a priori, los malos siempre son los de uniforme y los buenos los que están en su casa aunque lleven tiempo sin cumplir la Ley. Como en las manifestaciones, los buenos siempre son los que luchan por ¿mejorar? nuestra sociedad aunque tiren piedras o cohetes contra un guardia civil.

Una profesora del colegio madrileño denunciado por tener un grupo de Whatsapp sin pelos en la lengua decía que «Más vale una hostia a tiempo que cien lecciones de pedagogía», y aunque la frase no es muy fina da en el clavo. No prejuzgo ni defiendo la violencia según qué manera, pero creo que este tema ya hace tiempo que se nos fue de las manos y ahora nos escandalizamos cuando ese par de tortas que un niñato de quince o veinte años pide a gritos tiene que dárselas un profesor o un madero porque sus padres no estuvieron a la altura.
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