Alfredo Fuertes 3

Un verano más, o uno menos

10/07/2023
 Actualizado a 10/07/2023
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Las vacaciones veraniegas son tiempo de descanso, viajes y fiestas, sin olvidar las comilonas con amigos y familiares.

Pero, volviendo la vista atrás, echo de menos la emoción de ver al final de la época desarrollista y Planes de Desarrollo aquella panda de salidos, los llamados ‘Rodríguez’, que trabajaban toda o parte de las holganzas y hacían el agosto con sus más que presuntas fechorías. Lo curioso es que no estaban mal vistos… por una parte de la sociedad.

El Rodríguez, ¡el original!, acomodada la parienta, niños y cuñados en el apartamento de la playa, o en la casa del pueblo, volvía a su urbe para trabajar, si bien aprovechaba para jalear sus fantasías sexuales con la vecina, prima especial o compañera de trabajo, unido al intento de ligue en la disco de moda leitmotiv de su ajetreado verano.

Pero no siempre los sueños se cumplen y lo único que conseguía el susodicho, en aquellas madrugadas eternas, era un aburrimiento soporífero y para consolarlo nada mejor que una libación excesiva que le pasaría factura a la mañana siguiente.

Comienzan así las decepciones, los remordimientos y el deseo de volver al hogar, ya que, bien pensado, la ‘caza furtiva’ es dura, sí, muy dura.

Lo bueno fue que por unos días se olvidó del cuñao, custodio de su hermana y sobrinos, pero ahora ahí lo tiene de nuevo, barriga cervecera incluida, explayándose como un libro abierto y dando respuestas inimaginables.

Para sus adentros, cree que su periplo fue un intento fallido y reconoce que él no tiene madera de Rodríguez, es muy sacrificado, rumia el aprendiz de don Juan a tiempo parcial estirándose en la hamaca, botellín de cerveza en la mano y gorro de tela azul playero en la mollera, a la vez que, por el rabillo del ojo, desnuda a la parienta que a su lado y en bañador luce su cuerpazo bronceado. «El sentido común no es nada común». Voltaire. Salud.
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