¿Qué sucede cuando cruzas un patio arbolado en el centro de Madrid y entras en unas caballerizas y te encuentras a una mujer colgada de una especie de columpio en extraña contorsión acariciando el (falso) vello de un maniquí masculino situado debajo?
Tiene 39 años, nació en Corea del Sur, es ‘performer’. Estudió teatro, cine, cómic. No sabemos nada de su vida. No habla de ello, apenas concede entrevistas. No permite que se la fotografíe o se la grabe durante las performances. Solo sabemos lo que vemos: que establece una relación íntima con el espectador mientras evoluciona por la galería. Ella te habla a ti sola. Te mira. Te cuenta, por ejemplo, las ventajas de estar en un spa y de usar un jabón especial para masajear a sus maniquíes. Los maniquíes que pueblan la exposición de esta galería son los que se usan en los cursos de socorrismo acuático o de los bomberos. Todos se llaman Randy. Es el maniquí oficial del concurso Firefighter Combat Challenge de Estados Unidos, diseñado para entrenamiento realista en evacuación y manejo de lesionados. En la web del maniquí leo que la distribución en el peso de las extremidades es similar a la de un ser humano. También que puede ser utilizado por bomberos, policías o personal militar, no dice nada de ‘performers’. Pero Randy es el protagonista indiscutible de la exposición. Hay cabezas de Randy con pelo negro, con pelo castaño, con o sin barba. Hay cuerpos de Randy con cepillos de cerdas en el pecho; o con una especie de esponja oscura en los genitales. La ‘performer’, con un diminuto biquini deportivo, camina entre los maniquíes con el paso elástico de las bailarinas. El público se aparta para dejarla pasar. No se escucha un ruido. Cuando termina, me llegan opiniones contrapuestas, a unos les fascina, a otros les horroriza. ¿Qué ha querido decir? ¿Qué significa todo esto? ¿Es esto arte?
Yo lo que me pregunto es qué representa Randy.
Randy representa al hombre objeto. Sin embargo, antes de llegar a esa conclusión, vemos toda una exhibición de la mujer-esclava-performer. La mujer al servicio del hombre: lo enjabona, lo baña, lo masajea, lo peina. Mujer esclava de un hombre que al final se convierte en rehén, en prisionero. Entonces, ¿quién está al servicio de quién? ¿Quién manda, quién elige? ¿Quién es el objeto?
Esto es arte contemporáneo: provocar dudas y preguntas. No dar respuestas.

Un maniquí llamado Randy
18/10/2019
Actualizado a
18/10/2019
Comentarios
Guardar
Lo más leído