Imagen Juan María García Campal

De un triste oxímoron

30/04/2025
 Actualizado a 30/04/2025
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Tal y cómo se esperaba, en fecha que la tradición marca, diéronse Las Cabezadas y tal y cómo se esperaba, en inocente fecha para nada calculada, dentro del décimo quinto Congreso Provincial del PSOE, Javier Alfonso Cendón fue mantenido en el altar del socialismo leonés. Todo, tal y cómo se esperaba. Todo, tal y como estaba previsto. Unos en su que si foro u oferta, otro(s) con la, en muchos casos interesada y por lo tanto quebrantable adhesión del setenta y tres por ciento de los delegados al congreso. Que es mucho, no se puede discutir. Como tampoco se puede discutir que mucha es también la no ratificación por parte del veintisiete por ciento de los delegados. Al final, qué curioso, todos quieren tener la cosa, su cosa, «atada y bien atada». Ecos.

Párrafo entre luces: A bocadillo y ayuno cafetero pasados, yo, que el Gobierno de España, provocaba dos apagones como el de ayer al año. ¡Qué cosecha de talentos! ¡Qué agosto de sabiondos! ¡Qué añadas de premios Nobel! Todos ellos desde diferente rama del árbol conspiranoico Y el verdadero experto, por ejemplo, Jorge Morales de Labra, diciendo y repitiendo por la radio que si en el corte de suministro en 2013 en La Palma, con sólo cuatro estaciones, se tardaron diez meses en saber la causa que no se especulase. Pero… País, país, de poseedores de verdades absolutas.

Y yo que intentaba hoy hablar de la inexistente y descalabrada esperanza o posibilidad de unidad en la izquierda política. Mire que si fui yo el que quebró el suministro eléctrico ante el consumo desmedido para tan infructuoso esfuerzo de comprensión. Me llamó a hacerlo la llamada que a la misma viene haciendo con bastante lucidez el coordinador general de IU, Antonio Maillo. Mas, bien se sabe de los muchos sermones perdidos por predicarlos en el desierto, así como que, como ciego, no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y tal parece que el resto de partidos a la izquierda del PSOE –Sumar y sus muchos coaligados y Podemos y los suyos–, cada uno con sus matices, rencores y personalismos prefieren, de momento, seguir ejerciendo, a modo de padres del yermo, de sordo paisaje desértico.

Vamos, tal que les faltasen, a ellos y a la clase trabajadora que dicen representar, adversarios de peso y más que saneada bolsa.

¡Ah triste oxímoron la unidad de la izquierda! ¡Ay que apagón de ilusiones! ¡Cónclave, señores, cónclave!, menos amenes y discusión para los matices, lima para los rencores y a menguar personalismos. ¿Por qué esos usos tan denostados?

¡Salud!, y buena semana hagamos… ¡Y tengamos!

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