Trigonometría literaria

18/10/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Guardar
Si de Nobeles no andamos sobradas, de Planeta no nos va mal a las de este lado, el femenino, al que ayer se rendía culto en un extraño día de celebración de ‘las escritoras’. Aunque me cuesta entender la separación entumecida de ese especial término –os, -as, hoy me abrazo a él. Porque viene mucho al ‘Caso’ y hace un giro en ‘Redondo’ esta celebración que se convierte en aplauso a nuestras plumas acabadas en –as. No es por manejar separatismos ni por reivindicar ninguna verdad sobre otra, pero no está mal mirar de frente a los grandes premios literarios y a «las» que están detrás de ellos. No sé si entre los 550 trabajos presentados al Planeta, el segundo premio más importante del mundo hay muchos o pocos pendientes pero sí sé que hoy son más las que se atreven a poner su nombre detrás de un título y a contar una historia. Dolores Redondo y su «Todo esto te daré» son aupados al Planeta por delante de Marcos Chicot, aunque este encandila con su «El asesinato de Sócrates» que nos permite compartir también cierto sabor a mujer, no sólo porque es el título que escogió la escritora leonesa Noemí Sabugal para una de sus novelas, sino porque detrás está el amor de un padre por su hijay la ulterior necesidad de darle forma a ese sentimiento. Después de todo, nos reconocemos en un espejo asexuado en el que nos entendemos a la perfección, si sabemos leernos y, para eso, lo de femenino plural o masculino singular no son más que juegos de trigonometría literaria.
Lo más leído