Elecciones del 23 de julio y autonomía leonesa

Da por seguro que, si alguien no desea, de ningún modo, que consigas algo, intentará desanimarte, te insistirá en que eso es imposible y lo hará hasta sin argumentos que valgan. Eso es lo que desde el Partido Popular y desde el Partido Socialista pretenden, a través del discurso de sus dirigentes, repitiendo y repitiendo que el sistema de autonomías está cerrado, para que así sigan votando los leoneses, ingenuamente, a quienes ellos imponen en sus listas y no a quienes luchan por la Autonomía Leonesa como UPL.

Hasta los imperios y las dictaduras más férreas se han descerrajado. ¡Cómo se puede pretender que el empobrecimiento de un territorio y de sus habitantes pueda durar eternamente!

No es casualidad sino causalidad que la depauperación de la Región Leonesa vaya en paralelo a su inclusión forzosa con la mayoría de las provincias de lo que se conocía como Castilla la Vieja en la actual configuración autonómica española. Desde ese momento, Castilla, o mejor, el centralismo vallisoletano se convirtió en un depredador económico de León a cambio de nada, en especial, de trasferencias económicas europeas vinculadas al territorio, ¿qué fue de los fondos MINER?; se vale y se ha valido de los fondos de cohesión y trasfronterizos de la Región Leonesa, debidos a su pérdida y diferencial de renta respecto a la media europea, en detrimento de ésta, ¡empobrecimiento perverso!; capitaliza y ha capitalizado la inversión en el sector automovilístico olvidándose de la existencia e importancia del resto como el sector biotecnológico leonés; desmantela las infraestructuras logísticas leonesas trasladándolas o desarrollándolas en Valladolid, incluso las que nunca tuvieron como las ferroviarias; y lo peor, que ese centralismo castellano es quien decide por y representa a los leoneses priorizando sus propios intereses sin que estos lo quisieran ni votaron.

Una sociedad, en la que uno de los socios no aporta nada y solo se beneficia, hay que disolverla como sea y cuanto antes. Además, en un sistema político de autonomías, si tu Región no es autónoma, desapareces del mapa y ello supone, por ejemplo, estar fuera de diseñar infraestructuras, administrar las inversiones o gestionar el gasto en los servicios públicos, de decidir su futuro.

Cuantas veces se escucha que lo mal que va León se debe a los leoneses que no hacen nada y lo consienten. Bueno, más bien habría que corregir que, en un ochenta por cien se debe a no tener su propia autonomía y a ellos, si acaso, el otro veinte.

¡Y claro que pueden hacer con ese veinte! En León, ningún partido político de ámbito nacional está dispuestos a promover un referéndum para que sus habitantes decidan sobre su propia autonomía, pero sí convocan elecciones generales y autonómicas y, es ahí, donde las leonesas y leoneses pueden empezar a decidir su porvenir y pelear por ella utilizándolas como si fuera un referéndum. Ya que existe y se presenta a las elecciones generales del próximo 23 de julio un partido político como UPL cuyo objetivo prioritario es conseguir la autonomía leonesa, no hay más que votar esa opción política para que, tanto en el Congreso como en el Senado se escuchen ladridos de mastín defendiendo este territorio y no los balidos de aquellos que siguen el zumbo de los mansos. Después ya se verá cómo y qué se pacta con unos o con otros.

¡Y claro que se puede conseguir la autonomía! El día que una gran mayoría de los leoneses voten la opción de UPL, tanto en España como en Europa, se sabrá que la desean a porfía y que es un sí a su propia Autonomía; y, cuando lo hagan a las Cortes de Castilla y León, es probable que decidan quién será el presidente autonómico, ¡y quién sabe!

La desigualdad social, hoy día, no se debe a la diferencia de clases, sino, en gran medida, a las desigualdades territoriales ocasionadas por la administración política mediante el centralismo de los servicios públicos y la concentración económica lo que provoca la mayor pérdida de renta disponible y la gran diferencia de oportunidades, y con ello espirales de declive socioeconómico, pobreza y emigración.

Por eso y por ¡cuántas razones! y tantos argumentos y para poder disrumpir esta ruina continua provocada, hay que correr la voz de que, en estas tierras leonesas misereadas y abandonadas, primero que a populares y socialistas, antes que a derechas o que a izquierdas, ahora en estas como en esas elecciones, hay que votar UPL, lo que es lo mismo que votar autonomía.