Ahora toca cumplir

Luis Carlos Arias Blanco
09/06/2023
 Actualizado a 09/06/2023
Después de la resaca, de un atracón de verborrea durante unos infinitos quince días, toca saldar cuentas. ¿Qué será del fanfarrón que nos prometió para León un poco de playa gijonesa, aprovechando los obsoletos túneles de Pajares? ¿Cumplirá su promesa y los leoneses disfrutaremos de un verano playero sin acudir a la costa asturiana? Pero seguro que este desvergonzado se excusará echando la culpa a unos vecinos egoístas, con un sonoro discurso: «Queridos paisanos, estos asturianos no son de fiar, no tienen palabra, son más falsos que un duro sevillano. Me prometieron compartir un poco de agua, pues a ellos les sobra. Sin embargo, ahora, en lugar de ser solidarios nos amenazan con medidas tan extremas como humillantes. Y están dispuestos a que cuando los leoneses salgamos de la playa de San Lorenzo, escurramos bien el pellejo y el taparrabos para que ni una sola gota salga de su playa».

Una vez comprobado el fracaso, de la fantasiosa propuesta, regresaremos a León doblemente escaldados, y más secos que una mojama. Teniendo en cuenta el fiasco, pronto los tunantes echarán tierra encima; sabedores que cuatro años son muy largos para almacenar en la recámara el voto de castigo sobre ellos.

Pero antes de ponerse a incumplir las efímeras promesas, toca pelear para conseguir el bastón de mando. Pues pocos serán los afortunados que lo tengan asegurado nada más terminar el recuento de los votos. La pelea será larga, y por momentos encarnizada, llegando hasta el último momento, con un tira y afloja, para dar a entender que si se ha de pactar con el diablo, sea un asunto de extremosa necesidad. Después de ciertas uniones, algunos quedarán retratados. Al constatar que donde dijeron digo, ahora dicen Diego. También habrá casos de amnesia, o de olvido intencionado. Y de pretenciosas uniones nacidas tarde y con fórceps.

Una vez resuelto el asunto del bastón de mando, quedará por repartir varios desempeños. Muy bien gratificados en la mayoría de los casos. Lo que deriva en una lucha fratricida para hacerse con la ansiada golosina. Es la hora de que afloren los pelotas, menesterosos, trepadores…Y también habrá apóstatas del credo partidista para conseguir un cargo bien remunerado: «¡Que venir a la política para salir con el culo pelado no es de bien nacidos».

Pero si algunos tienen pesadillas y andan escocidos, o con remordimientos de conciencia, pagarán su avaricia con muchas noches en duermevela. Que juntar agua y aceite nunca fue sencillo, y mucho menos mezclar churras con merinas, en un país de egos advenedizos.

Puede también que a muchos, ante las últimas noticias, les hayan pillado con el pie cambiado. No es hora de dormirse en los laureles, pues el plato fuerte está por llegar. Todos otra vez a la parrilla de salida: Los corredores de fondo, preparados; los correveidiles, a su lado; los medios de comunicación, a lo suyo; y los ciudadanos, otra vez a soportar las descalificaciones, las promesas quiméricas, las mentiras…Y por supuesto a sufrir los discursos insulsos de los charlatanes planos, que son capaces de aburrir, incluso, a las mismísimas ovejas.

Y a estas alturas de la historia, me pregunto: «¿Qué tendrá el oficio de político, que siempre hay disputas y nunca faltan servidores para cubrir los puestos ofertados?».
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