El próximo jueves, día 4. tiene León una cita con uno de sus hombres de cultura, el sabio Santiago Trancón, nacido en Valderas, que acudirá al salón del Instituto Leonés de Cultura.
Al cronista le une a Trancón una especie de devoción como la que tuvo por otro insigne ,también hijo de aquella villa, Don Antonio G. de Lama, su profesor de HIstoria de la Filosofía y su maestro en general.
¡Qué extraña coincidencia! Vidanes y Valderas, unidas por el Padre Isla, aquel fraile jesuita que se erigió en uno de los mejores representantes españoles de un movimiento que llamaron "los novatores" y que nos dejó una obra emblemática de la literatura titulada: "Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes" Pero ¿por qué unidos? Porque José Francisco de Isla nació en Vidanes, hijo del recaudador del Marqués de Astorga, que a los 3 años fue ascendido al mismo cargo en Valderas,y después a Astorga...
Sea esta casualidad o sea otra, el hecho es que estos de Valderas han "heredado" algo que sería muy difícil de definir, pero que, en sustancia, se traduce en amor a la verdad por mucho que se esconda en las profundidades de la razón siempre proclive a dejarse empapar delos fáciles enredos de la mente.
Santiago Tracón, dedicado a la enseñanza, hubo de afrontar, y capitanear, la lucha de los profesores que, en Cataluña, no practicaban el catalán, y redactó el famoso manifiesto de los 2.300. Pero es su incursión en el teatro, en la crítica literaria, en la filosofía y hasta en la novela y la poesía, donde ha dado muestras de un saber amplio y selectivo, digno de ser apreciado como excelso.
Y esto le llevó al cronista a pedirle un prólogo para su libro: "Alma perdida", en el que se aborda la llegada del ser humano al tramo final en el que se va aproximando a la laguna Etigia y busca a Caronte, el barquero, para entregarla las monedas, importe del viaje a la otra orilla.
Y dice así: "José Antonio Llamas prescinde de toda hojarasca retórica y va directo al corazón, al centro mismo de la vida, donde el pasado, lo vivido, permanece y sigue, con su pura y rotunda presencia, interrogándonos sobre el sentido o el sinsentido de todo"
Hombre de mucha trayectoria, incluso en su faceta política, ha conseguido permanecer al margen de los peligros habituales, y preferido renunciar antes que entregarse a la vorágine del poder. No quiso seguir el rumbo de algunos otros sabios leoneses de la misma generación, que, antes de desaparecer, no dejaron de proclamar que sus verdugos eran los suyos.