No soy sionista. No creo que la creación del Estado de Israel fuese la mejor solución al problema de qué hacer con los judíos, que las potencias aliadas se encontraron al finalizar la Segunda Guerra Mundial, ni creo en un presunto derecho de la población judía a establecer y expandir un estado soberano en Palestina por el hecho de haber ocupado la región hace 1.900 años.
Pero no por ello pienso que Israel tenga la obligación de soportar el asedio terrorista permanente que sufre de manera ininterrumpida desde su creación. Al contrario, la ocupación de la franja de Gaza por el ejército israelí, con la finalidad de acabar con la organización terrorista que la controlaba, me parece la reacción lógica al brutal ataque a la población civil israelí del 7 de octubre de 2023, con 1.400 muertos, 250 secuestrados y numerosas violaciones en manada.
No puede justificarse, desde luego, que por el camino se masacre a la población civil gazatí, pero ¿es eso realmente lo que está sucediendo? Es posible, pero poco podemos hacer al respecto más de formularnos la pregunta, porque toda la información que nos ofrecen al respecto los medios de comunicación occidentales tiene como única fuente no contrastada a Hamas. La realidad en cuanto a número de víctimas civiles y, especialmente, cuántas de ellas han perdido la vida como consecuencia de haber sido utilizadas deliberadamente como escudos humanos por parte de la organización terrorista islámica está, me temo, muy lejos de saberse.
Lo que, en cualquier caso, resulta repugnante es la utilización torticera del conflicto que está escenificando el Gobierno de España. Acorralado por la corrupción, abucheado allá donde va y con la expresión de un perturbado, Pedro Sánchez ha pasado de ser el Presidente del Gobierno que puso la ETA, al líder de la kale borroka y la delincuencia antisistema que boicoteó la Vuelta a España la semana pasada.
Sabe que sus días están contados y busca una salida profesional en el ámbito internacional, dicen que en la ONU como Alto Comisionado para los Refugiados, cargo que quedará vacante a fin de año. Si no lo logra nunca faltará algún régimen sátrapa y criminal que le haga multimillonario mientras nos da a todos lecciones de ética. Que le pregunten a Zapatero.