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Trabajar para el inglés

17/12/2018
 Actualizado a 11/09/2019
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Aunque he hablado mucho del tema en ambientes íntimos, es probable que a usted no le haya contado nunca que hace tiempo que estoy convencido de que el futuro de León no se va a endulzar con azúcar de La Bañeza. Puede resultar inconcebible, porque la provincia es una gran productora de remolacha, o incluso puede llegar a parecer ingrato después de llevar casi noventa años produciendo azúcar, pero ya sabe que entre otras cosas la globalización trae estos problemas.

Las últimas noticias –y no me refiero a las de los meses más recientes sino a las de estos años de atrás– dibujan un panorama bastante negro para el futuro de la fábrica azucarera de La Bañeza. Y sin entrar en asuntos de medioambientales, en lo que afecta al bolsillo del agricultor sobre el papel están las 60.000 toneladas de remolacha se han ido de León a Valladolid porque al empresario del campo le salen mucho mejor las cuentas. Eso sin saber que mientras la chimenea de la fábrica de La Bañeza sigue sin echar ni gota a estas alturas del calendario iba a llegar otra rebaja de 6 euros, más o menos un 20 por ciento, en tonelada entregada.

Claro que unas cuantas familias viven de la fábrica pero también hay muchísima más gente de a pie que es consciente de que lejos quedan aquellos finales del siglo XIX y principios del XX cuando perdimos Cuba y la prohibición de exportar azúcar a España desde la isla caribeña impuesta por los Estados Unidos nos obligó a construir hasta un centenar de plantas de las que hoy apenas queda un diez por ciento porque ya no son rentables. Eso y el runrún constante de los médicos y nutricionistas diciéndonos que el azúcar no es lo mejor para la salud.

Luego están los que no saben o no quieren saber que el dueño de la fábrica azucarera de La Bañeza es un grupo empresario multinacional británico del sector alimenticio y del comercio con ventas anuales de 12.900 millones de libras esterlinas y más de 113.000 empleados en 47 países, con sede central en Londres y lo que menos le importa es dónde está León; salvo que tengan puesta una marca en el mapa porque allí tienen un negocio con el que pierden dinero porque cada vez convence menos lo de «trabajar para el inglés» que dicen los cubanos.
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