Aunque haya sido recientemente el presidente de la Xunta de Galicia quien se ha remitido aAdán y Eva para explicar la corrupción, yaSan Pablo en su carta a los Romanos ha dicho que la creación está sometida a la servidumbre de la corrupción. Ciertamente nadie estamos libres de ella y no es patrimonio exclusivo de ninguna fuerza política ni de ninguna colectividad. Cuando quien tiene facultades trata de elegir altos cargos o colaboradores, se supone que nadie busca a gente corrupta, aunque puede ocurrir que lo sea, o que una vez elegido se corrompa. Nadie estamos libres de que gente a la que damos la máxima confianza nos traicione.Volviendo a la Biblia, nos encontramos con que uno de los más íntimos colaboradores de Jesús le traicionó por dinero.
Probablemente la gran diferencia entre unos y otros, a la hora de establecer comparaciones,está en que no todos tienen las mismas facilidades para apropiarse de lo ajeno al no tener las mismas cotas de poder. La otra diferencia está en que no todos son descubiertos o que no a todos se les da la misma publicidad.
En todo caso no es lo más preocupante la existencia de la corrupción, sino sobre todo que no se descubra o no se castigue. Afortunadamente en España ésta deja de ser un grave problema en la medida en que se va descubriendo y que los corruptos son castigados. Lo grave sería que quedara impune. Por eso cada vez que sale la noticia de que algún alto cargo, o más bajo, es pillado con las manos en la masa y que si tiene que ir a la cárcel nadie lo va a impedir, es que la cosa funciona. Lo cual pone también en evidencia que algunos, además de corruptos, son tontos, pues sabiendo lo que hay, deberían pensar que no merece la pena arriesgarse. Por otra parte es mucho el daño que hacen y por eso la justicia tiene que actuar sin miramientos. Con todo a algunos parece que nada les sirve de escarmiento.
No se justifica que alguien caiga en la tentación de apropiarse de lo que en principio no le pertenece, pero, tratándose de alguien que está pasando necesidad, podría llegar a comprenderse y disculparse. Pero cuando se trata de personas que realmente no tienen necesidad y que ocupan cargos bien remunerados nos alegramos de que se penalice la avaricia. Y ya que de poco o nada les sirve aquello de que «Dios lo ve todo» y que la conciencia no les funciona, que sepan que la policía, la guardia civil y los detectives, junto con los rastros que dejan el teléfono y el ordenador, también ven y escuchan casi todo.

Tontos y corruptos
25/04/2017
Actualizado a
12/09/2019
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