20/09/2023
 Actualizado a 20/09/2023
Guardar

Ante la crispación provocada por las oleadas de enfrentadas certezas con que a diario me o nos acometen los dos principales partidos parlamentarios, dudoso, este escribidor acaba de tomar postura expectante y confiada con respecto a la hipotética amnistía para los condenados por el inconstitucional ‘Procés independentista català’. ¡Ay la memoria!

Ahora bien, de ahí a alinearme con el escuálido Aznar en sus cínicas y amnésicas proclamas patrioteras va un trecho. Tan largo que hasta al teclado le ha costado escribir escuálido aun en su significado común como flaco o macilento y omitiendo –por educación y estilo– el poco usado de sucio o asqueroso, por más que actos curriculares tenga el afamado para, en mi opinión, tenerlos por ajustados. Ignoro el porqué, mas, aun cuando el procesador de textos carece de la función ‘autocompletar’, a mis cuatro primeras pulsaciones se empeñaba él en escribir escualo, y eso que es escuálido suborden al que pertenece. Quizá fuera porque Aznar fue uno más de los que inspiraron mis renglones cortos ‘Los de esa especie’ en que digo: «Cada mañana salen/ limpios de escrúpulos;/ armados/ de oculta y calibrada ambición;/ dispuestos a desayunarse el día,/ a comerse el mundo.// A la noche,/ saciados,/ para dormir,/ apurarán una triunfante copa,/ apagarán en lustroso cenicero/ las últimas cenizas de conciencia.// Un día,/ después de mucho haber/ mordido y amputado,/ descubren/ asustados/ que siempre es el mundo/ quien da el ultimo bocado.// Los de esa especie./ Los tiburones humanos». ¡Ay la memoria!

Aun se prevea el fracaso de la investidura de Feijóo, dudo de que el PSOE, de que Sánchez, deban pactar nada con ‘Junts per Puigdemont’ (no es error) pues tengo a este y su partido por nada fiables vistos sus hechos –referéndum de independencia y declaración unilateral de independencia– por más que representen a ciudadanos españoles iguales a mí en deberes y derechos, y más aún, sin reconocimiento previo de su error político ni viso de enmienda y su disposición más chantajista que negociadora. Así que, no previendo el patriótico gesto del PP de –¡por España!– garantizarle siete votos constitucionalistas al PSOE y ya que todo parece indicar que unas nuevas elecciones –y eso que gozo del virtuoso vicio por las conquistadas democráticas urnas– no cambiaría mucho el mapa parlamentario, confío, ciudadano constitucional, en el buen hacer de las instituciones democráticas y, en especial, del Tribunal Constitucional, si fuera caso. ¡Hala, a darme caña!

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!

Lo más leído