Una tarde, Fernando Sánchez Dragó me comentó: «‘Todo está en los libros’ es el título de una canción que encargué a un compositor para el programa ‘Biblioteca Nacional’, que dirigí y presenté en Televisión Española en 1982». También me explicó el origen de la extensa biblioteca de su casa en un pueblo de Soria, y me confesó que, «Sin leer, la vida me resulta insoportable». Le dí la razón en casi todo. Los libros son un código de vida donde encuentras respuestas a preguntas que a veces ni te has planteado. Los libros te permiten viajar sin salir de ninguna parte y encontrarte en cualquier parte: sufrir con Nelson Mandela el ‘Apartheid’ en Sudáfrica, asomarte con Gorvachov a la caída del muro de Berlín, preguntar a Gaudí qué le llevó a construir ‘Casa Botines’ en León, o el palacio Episcopal en Astorga, conocer la historia de Israel, conversar con San Isidoro de Sevilla, reírte con los hermanos Marx, entender el fenómeno Harry Styles, o asombrarte con el discurso de Puigdemont. Todo es posible. Los libros son un diálogo, un vínculo sólido con el pasado, el futuro y el presente, sin importar si se leen en papel o en formato digital, porque ‘Todo está en los libros’. Incluso la Inteligencia Artificial recurre a ellos para extraer información veraz. No creo que, a estas alturas, el libro electrónico arrebate espacio al de papel. Cada uno tiene su sitio. ‘El Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en España 2023’ concluye: «Desde 2017, un 30% de los lectores se han pasado al soporte digital –libro electrónico, tablet o ‘PC’–». Incluso las editoriales publican en formato digital por ser más económico, tener una difusión más rápida, ocupar menos espacio, y poder ajustar el tamaño de la letra, color y brillo de la pantalla. No hay excusa. Elige el formato, y si quieres leer, lee.
Ya lo dijo Luis Mateo Díez –galardonado este 23 de abril con el premio Cervantes–: «El valor de la lectura sirve para aprender a vivir», porque leer y escribir «es descubrir», o, «A alguien que no lee, le engañas con cualquier cosa».
Hay motivos suficientes para celebrar la importancia de los libros, y por ello desde el 23 de abril de 1995 se celebra el día de las letras en conmemoración por el nacimiento y la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, un 23 de abril de 1616 –los datos son inexactos aunque queda muy romántico–.
Pero lo más importante de este 23 de abril, ha sido que el leonés Luis Mateo Díez ha recibido el Premio Miguel de Cervantes de las letras españolas. El rey, en su discurso, repasó la carrera y la biografía del escritor, enfatizando «la hibridez de su trayectoria». Desde el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares reconocen y premian los méritos a la excelencia de la literatura española, y este año se la lleva un escritor de León.