Tiene huevos la cosa

"Manda huevos". Lo exclamó con la profunda melancolía del hombre cansado, con ese deje de zozobra existencial del político maduro que ya no lucha por ser el alfa, sino que disfruta ya, resignado, de su plácido retiro como miembro venerable del grupo mientras ve avanzar a los jóvenes delfines.

A Federico Trillo se le cayó de los labios esta expresión de hastío tras dar comienzo rutinariamente a una votación en el Congreso de los Diputados desde su sillón de presidente de la Cámara Baja. Por entonces no era ministro de Defensa, pero la expresión, el personaje y la escena se ajustan perfectamente a los hechos que conocí hace poco de boca de un aspirante a suboficial de la Academia Básica del Aire de la Virgen del Camino.

Por obra y gracia de las normas internas de la institución el municipio de Valverde de la Virgen es uno de los ayuntamientos con mayor ratio de hombres homosexuales en España. No obstante, no sería justo atribuir toda la responsabilidad del hecho a la institución militar porque el mecanismo para quebrantar el espíritu de la norma respetando la letra de la misma que ha dado en llamarse ‘picaresca española’ funciona también en este caso con efectividad.

Las normas impuestas en la casa no dejan pernoctar a los alumnos fuera de la base a no ser que puedan justificar la vida conyugal con una pareja. El que hizo la ley, hizo la trampa y los cadetes han dado con ella. Cada año se organizan para firmar la solicitud de pareja de hecho, que es un sencillo trámite administrativo –sí, ha leído bien, sencillo seguido de trámite y de administrativo– en las oficinas municipales.

El resultado de esta triquiñuela es la estadística que les mencioné anteriormente y que no deja de tener su valor sociológico y su alivio para los jóvenes. Explicado de una manera máspopular y que todo un ex ministro de Defensa, a mi entender, consideraría ideal para este asunto: tiene huevos la cosa. Y nunca mejor dicho.