En las primeras elecciones generales había ambientillo en el bar;cada cual interpretaba la espera como le daba la gana y, aprovechando que el dueño tenía una empresa de autobuses, Fin el de Lavandera, que había bajado en bicicleta amenizaba el retraso en conocerse los resultados con una frase que dejaba colgada en el viento:«Yo voy a esperar a que se conozcan los resultados... que como ganen los míos, cojo tú autobús y ahí te dejo la Orbea, con la dinamos estropeada, por cierto».
-Primero tendrás que aprender a conducirlo.
- No hombre, no voy a ser tan rata como tú, que eres el amo de la empresa y te pones a conducir. Yo voy a poner un chófer, le pongo una gorra y jarra alante.
Luego los resultados en escaños eran muy difíciles de entender;estamos a las cuatro de la mañana como para interpretar la Ley D’Hont, pero en medio de transporte se entendía mucho mejor.
- Entonces, ¿en qué quedó la cosa?;preguntó Fin, para saber cómo volvía a casa.
- Pues muy fácil, que vayas arreglando la dinamo de la bicicleta, que en el autobús no vas a montar ni pagando;ya te lo aviso.
YFin, que era muy de filosofías, dejó una sentencia: «Casi mejor la bici, que solo estuve un cuarto de hora de millonario y ya me puse a hacer el cabrón. Pues de mala leche, ahora marcho sin arreglar la dinamo».
Yasí lo hizo. De tal forma que aquella mini revolución en lo que ‘dimanó’ fue en que por debajo del cementerio estaba la pareja de la Guardia Civil acantonada, le echaron el alto y una multa por andar sin luz por la carretera a altas horas de la madrugadas;sin entrar en razón de que les argumentaba que «voy muy alumbrado», pero se conoce que eran bombillas que no estaban homologadas y la broma le costó 3000 pesetas, ir para casa en bicicleta y de los autobuses ni soñar. «Sólo fui rico media hora, bueno más bien lo soñé, y todo son desgracias».
Que después contaba. «Que eso no fue todo, que llegué a casa y la parienta dijo:Culo con culo y el fusil para la pared».