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Talones y tobillos

03/12/2023
 Actualizado a 03/12/2023
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¿¿No les pasa a ustedes que van por la calle y se van fijando en cómo pisa el transeúnte anónimo que tienen delante? Es lo más normal del mundo para distraerse ¿no? O por lo menos tan corriente como fijarse en los espacios interdentales cuando se tiene a alguien de frente soltando murga de menor sustancia que la agazapada entre sus piezas, creo. 

Desde la dura ciencia podológica la casuística es rica. Varo, valgo, plano, cavo, zambo, equino son los términos más comunes para describir patologías del pie. Pero eso no se lo dirán en un estudio de pisada precocinado de los que ofrecen en las tiendas de deporte. Para eso hay que ir a una consulta seria. Aquellos de ustedes que hayan empezado la revisión mecánica por la boca y consideren pendiente la de los calcos sepan que tengo un podólogo que es canela fina (recomiendo por privado). 

Pero lo que nos importa sobre todo a los prescriptores de rollo es la cuestión estética. Y del asiento del pie en el zapato en el piso hay mucho que decir y pocos que quieran escucharlo. Poca atención se le presta a lo más bajo de la retaguardia, a pesar de que todos nos miramos al espejo por detrás bien remirados. Pero revisamos cuello, kiki, culera y desfilando. Deberíamos fijarnos más en los talones y los tobillos. Tratarlos con cariño es básico para tener un aspecto elegante, digno, aplomado. Nadie cuestiona que los aires de cada uno al caminar son inequívocos y uno de los atributos con más potencia prometedora, pero se desconoce que dependen en gran medida de qué pase ahí a ras de suelo. 

Seremos claros, lo deseable son talones que pisen centrado, estable, sin excesivo desgaste para ningún lado, evitando aplastar el contrafuerte de la zapataina a modo de prensa industrial. En lo que respecta a los tobillos, nada revolucionario. Evítense ejecutivos atomatados (aquí tengo deberes) y óptese por calcetos en un color adecuado, mejor a juego con el pantalón que con el zapato, pero mejor con este que con ninguno de los dos. 

Aviso: Sobre tacones y chancletas poco me atrevo a señalar, salvo que me parecen torturas innecesarias ambos. De calzado informal sí puedo decir que con unas NB’s bien escogidas todo mejora, las 1500 o las 998 equilibran muy bien la pisada. Pero cuidado, a mí me dolían menos las rodillas con aquellas Dr. Martens de piel vuelta que llevé más de un lustro con el contrafuerte machacado por un pie dos tallas mayor y vestido con calcetín aleatorio. Misterios de la biomecánica. 

 

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