Recuerdo la primera temporada que fui a ver la Cultural. Era la campaña 1994-95, en Tercera en el antiguo Amilivia, con Ángel Luis, Ballesteros,Javi de Campo oCarolo en el campo, y obviamente si con nueve años apareces en el campo no es por decisión propia sino porque empezó a llevarme con él mi padre.
Sin embargo, cuando la decisión de quedarme fue ya propia, no se puede decir que fuera mayoritario entre los más jóvenes de León ir. Estando en un ambiente donde el fútbol gustaba, diría de memoria que de nuestro equipo de fútbol íbamos asiduamente tres y de mi clase nadie más. Y de hecho mirabas en el campo, donde al decir ‘van los de siempre’ el número que completaba la frase era 2.000, y veías un público mayoritariamente adulto en las gradas.
Por eso, más allá de la barbaridad de que este año sea la entrada habitual 7.000 (obviamente ayuda que vayas tan bien, sería de necios negarlo, pero sólo hay que mirar a los números del último ascenso donde hasta las últimas jornadas estabas lejos de esas cifras para ver el cambio), o de que hace apenas un par de años hubiese que frotarse los ojos para ver a estas alturas de temporada cinco viajes con más de medio millar de leoneses en las gradas del equipo rival (tremendo lo de Segovia de este fin de semana, con 400 entradas vendidas en menos de una hora y 1.000 que hubieras repartido en un día si las hubieses tenido), el dato que me parece tremendo a largo plazo es el de que un 35 % de tus 7.300 socios sean menores de 25 años, porque es lo que te asegura el futuro.
Y es que la clave es crear una base sólida, lo demás es flor de un día. De hecho, estos días salía el debate de si hacer promociones o incluso regalar entradas para que el Reino pase ya de tener unos 8.000 espectadores a llenarse. Y vamos, mi más rotundo rechazo. Es más, creo que se generaría un ambiente perjudicial para el equipo.
Esa película ya me la he visto. La de no saber a dónde vas ni la categoría que es, creer que estás yendo a ver al Barcelona o el Madrid (bueno, este miércoles hubo un partido de ‘Champions’ que si llega a ser un Cultural-Amorebieta salen del estadio echando pestes sobre el nivel) y al tercer pase fallado estar pitando y gritando o comentando que es que son muy malos.
Ojo, son distintos a los que despectivamente se llaman ‘subecarros’, los no habituales que van porque el equipo va bien. A tope con ellos. Alguna vez hay que empezar a ir al fútbol, todos fuimos ‘subecarros’ algún día y de ellos muchos se te acabarán quedando cuando las cosas no sean de color de rosa y pasarán a ser ‘de los de siempre’. Esos son diferentes a los de un día, los de ir el partido que viene el ‘grande’ de turno o se consigue el ascenso. Con esos... yo iría siempre sin ningún rubor con la única mentalidad de hacer la mayor taquilla posible.