Cristina Vega 2

Solo sé que no sé nada

16/09/2025
 Actualizado a 16/09/2025
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Hoy tomo prestada esta frase de Sócrates. Nada puede explicar mejor la sensación que nos invade cuando echamos un vistazo a la actualidad o al mantener conversaciones cotidianas que nos informan de lo que ocurre a nuestro alrededor.

No entiendo nada, esto se nos va de las manos, que alguien me lo explique. Son algunos de los comentarios más repetidos ante ciertos acontecimientos y determinadas situaciones.

Sin embargo, el miedo y la incertidumbre nos han acompañado a lo largo de la historia de la humanidad.

De hecho, Sócrates no dejó grabadas sobre papel sus reflexiones por la desconfianza que le generaba la escritura. Optó por transmitirlas de forma oral.

Creía que la habilidad de escribir iría en detrimento de la memoria, del pensamiento crítico y el diálogo. En su opinión los libros eran peligrosos porque ver algo escrito podía dar la falsa impresión de que era cierto.

Eso es justo lo que la mayoría piensa ahora de los avances en tecnología y en inteligencia artificial.

El curso escolar ha empezado con restricciones en el uso de pantallas en las aulas. Los expertos advierten y detallan todos los efectos negativos que tiene su uso inadecuado.

Sin embargo, es muy complicada una marcha atrás. Solo queda adaptarse.

Al fin y al cabo, los libros a los que tanto temía aquel filósofo acabaron siendo fuentes de conocimiento y de cultura imprescindibles en la evolución.

Pero hay una notable diferencia entre los motivos de incertidumbre que existían en aquella época y la actual.

A pesar de las guerras, alianzas y movimientos en los tronos, entonces las personas tenían claros los trabajos y capacidades necesarias para sobrevivir.

Hoy día es imposible saber cómo será el mundo en unas décadas, qué deben aprender los niños, cómo prepararlos para enfrentarse a los retos que tendrán que afrontar.

El ser humano posee un tesoro muy valioso. Se ha preservado a lo largo de los siglos y será básico en el futuro. Pase lo que pase, ojalá nada ni nadie nos arrebate la facultad de pensar.
 

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