La supervivencia está definida como el hecho de vivir tras un determinado suceso o después de la muerte de una persona. Ahora, ¿cómo se sobrevive si la persona que ha perdido la vida eres tú misma? José, Jaime, Pope y Juanca tuvieron un accidente de tráfico hace casi ocho años que cambiaría su rumbo en todos los aspectos. Sobre todo, pondría patas arriba aquello que era todo lo que fueron.
Un choque contra una furgoneta de reparto de pan iba a significar ese temido punto de inflexión al que supongo se enfrentan todas las personas que lidian con la tragedia. José, Jaime, Pope y Juanca eran músicos y el accidente los alejó del micrófono y las guitarras quién sabe si para siempre. La debacle psicológica de un suceso de este tipo no puede sino llevarte a los lugares más oscuros, como la necesidad de preguntarse si merece la pena seguir con la juventud y ‘palante’. O también tener que lidiar con los pensamientos intrusivos en los que es obligación no posicionarse con el mal, ni tampoco con el bien. «Miedo a la ausencia, pronto se irá», cantaban ellos en sus canciones.
José, Jaime, Pope y Juanca tuvieron un accidente hace casi ocho años y esta semana han vuelto a mostrarse para dar una lección de superación y resiliencia. También de ilusión y ganas cubiertas con una capa de prudencia. Seguramente sin ser ese el objetivo. Sobrevivir a la muerte de uno mismo es estar cargado de esperanza. Y no la de sacar canciones nuevas –pese a las peticiones de cientos de fans que aún siguen pensando solo en eso– sino la de avanzar, aunque sea muy despacio. La de mirar al pasado con nostalgia pero sin tristeza. La de abrazar lo que fueron y aceptar lo que son. Con todos los baches que aún quedan en el camino, sin el peso de deberle nada a nadie y aunque venga el «viento de cara».