16/06/2015
 Actualizado a 08/09/2019
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Antes de que apareciera el movimiento del 15 M y de que existiera Podemos, muchos nos preguntábamos cómo es posible que la gente permaneciera impasible ante la grave crisis y nadie protestara. Igualmente nunca hemos entendido cómo un gobernante puede permanecer indiferente o invitar a la resignación a las familias que son desahuciadas y tienen que abandonar la casa en que viven por no poder pagar la renta o la hipoteca, o cómo puede haber familias que no tengan luz, agua o calefacción, habiendo como hay en España infinidad de pisos vacíos, y medios suficientes para que a nadie le falte lo necesario para vivir con un mínimo de dignidad. Ignoro si estos nuevos partidos que tanto prometen serán capaces de solucionar estos graves problemas o si crearán otros peores, haciendo que se generalice la miseria. En todo caso ningún gobernante tiene derecho a dormir tranquilo mientras no consiga solucionarlos. Cualquiera que sea el que gobierne que se ponga en el lugar de estos cientos de miles de españoles que lo están pasando tan mal y no consienta que les suceda a otros lo que no quieren para sí. Quienes se han sentido castigados en los últimos comicios deberían tomar nota y reconocer humildemente sus fallos y muy especialmente aquellos que se han aprovechado del poder para enriquecerse apropiándose de lo que no les pertenece. Ya sabemos que la tarea no es fácil, pero con buena voluntad e imaginación siempre se puede encontrar remedio a estos males.

Dicho esto, no queremos caer en la ingenuidad de dejarnos engañar por el populismo y la demagogia fácil. El tiempo aclarará muchas cosas. Por supuesto que nos parece muy bien que se considere una prioridad que ningún niño pase hambre, como ha anunciado la nueva alcaldesa de Madrid. Pero por lo que hay que luchar es por que ninguna familia tenga que depender de la limosna, sino que todas puedan defenderse con su trabajo. Todos sabemos que hay países a los que sus dirigentes primero los han hundido en la miseria y después van de buenos porque les dan comida. Ah, y que no pierdan de vista nuestros políticos, que no sólo de pan vive el hombre.
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