«Pa mí» que nos estamos viniendo arriba. Onos estamos liando, no lo sé muy bien, pero lo que era sencillo lo estamos liando. Sin ir más lejos, que hay que volver y el coche ya está en reserva, ahora resulta que están pintando de colores las rotondas. Sin ir más lejos —menuda perra estoy cogiendo con el tema— desde que sales de Palazuelo, donde está el radar ese traicionero que ya me puso dos multas el último mes por adelantar a un carro, ya empiezas a ver brillar en el horizonte la pintura reflectante del Atlético de Madrid (roja y blanca) de la rotonda de Robles de la Valcueva. Que menos mal que ya lo sabes porque si no entrabas al cuartel de Garrafe y solicitabas que se avisara a Iker Jiménez de que «se ven una luces en el horizonte que tienen que ser un OVNI», ya que a estas alturas del otoño no parece probable que sea la Orquesta Panorama tocando en Valderilla.
Oye (oiga, si tiene Bachillerato)que llegas a la rotonda y te pones a dar vueltas y vueltas deslumbrado por el impacto visual. Te dan ganas de no marchar, si no fuera porque ya va la máquina en reserva todavía estoy allí dando vueltas, que te dan unas ganas de quedarte a vivir en la rotonda.
Tengo ganas de ir a Villar de Omaña, que es donde hicieron la piscina aprovechando el hueco de la rotonda, porque si le han puesto el mismo ornamento rojiblanco que a la de Matallana habrá que solicitar formalmente a Hispania Nostra y demás asociaciones del ramo que sea declarada Primera Rotonda Playa Fluvial de España, que ya estamos pensando en el Grupo Empresarial de Filósofos de lo Rural de poner una tienda manguitos y flotadores en los alrededores.
E Item más —que decía don Arvicio cuando venía de candidato al pueblo y nos daba un mitin en Latín como guiño a nuestra conocida pasión por la cultura clásica— ¿habrá esta ola artística y ornamental de las rotondas llegado hasta las de Llanos de Alba, famosas en el mundo entero porque son las únicas rotondas que no tienen salida? Si en la de Matallana te dan ganas de no salir para disfrutar de su belleza, y tiene 4 salidas, quién te saca de las de Llanos de Alba que ya de por sí no tienen salida?Me estoy imaginando caravanas de coches parados porque se les acabó la gasolina ensimismados en el espectáculo inigualable de la rotonda sin salida;‘ni comparanza’ con esas luces que ponen en la Catedral y Botines, mucho mejor.
Que ahí, en ese fenómeno que estoy visualizando, fue donde nació la expresión que quiere decir que lo de la rotonda es mucho mejor:«Ome coño, dónde vas a parar».
En la rotonda, por supuesto. Doy otra vuelta y subo.
«Que no me aparto» —que es como decimos en los pueblos que te doy la razón—que no haya otras necesidades en la ruralidad, pero pintar las rotondas ya era un clamor.