04/10/2023
 Actualizado a 04/10/2023
Guardar

Me permito utilizar este titular porque observada la amnesia sufrida por una parte de mis conciudadanos tanto para cuestiones nacionales como internacionales, bien por pasotismo, bien por juventud, bien por analfabetismo funcional, pocos, si alguno, errarán si suponen que me voy a referir hoy al grupo terrorista de igual denominación autor de la masacre de Múnich perpetrada durante los Juegos Olímpicos de 1972.

No, titulo así esta colaboración semanal porque si ya el corriente año apuntaba malas maneras, el pasado mes de septiembre así, negro, se ha manifestado al incrementar con sus diez mujeres asesinadas por violencia de género, lo que viene a representar que en sólo nueve meses ya son dieciséis víctimas más que las habidas en todo el año dos mil veintidós: treinta y cuatro.

Estimo que con tal estado de cosas es claro que como sociedad tenemos un problema que deberíamos de atajar no solo desde todas las instituciones, sino también y especialmente desde el género masculino, desde nuestra masculinidad, pues todo parece indicar que quienes tenemos un problema, si no como víctimas, sí como victimarios y como género somos los hombres. No hacen falta grandes investigaciones para detectar incluso entre nuestras relaciones privadas cómo muchos de nuestros congéneres aún manifiestan ideas y comportamientos más propios de tiempos menos libres, evolucionados e igualitarios y con los cuales resulta difícil mantener un diálogo respecto a la lucha feminista quizá por su esencialismo, su supuesta superioridad moral, su intransigencia y su pueril tendencia a la infantilización de los que nos mostramos disidentes de ese estancamiento ciego a los cambios sociales que el feminismo está conquistando.

Mas que los que tenemos un problema con la violencia de género somos lo hombres no solo viene dado por el número de asesinatos machistas sino que se respalda por hechos irrefutables como que, según la ONU (2013) el 95 % de los homicidios del planeta son cometidos por hombres. Por ello pienso, aun cuando alguien se pueda sentir ofendido, que «La violencia de género no es un problema individual –idea que refuerza la ultraderecha negacionista de tantas cosas–, sino colectivo». Y por si usted mantuviese alguna duda quede claro que el feminismo y la nueva masculinidad que junto a él se construye es mucho más que Unidas Podemos, que Sumar o que el PSOE. Si no nos liberamos de esos estereotipos y apropiaciones indebidas difícilmente cambiaremos la sociedad a mejor, sin meses negros.


Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!

Lo más leído