05/06/2018
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
Los políticos corruptos, además de robar, traicionan a los suyos, a gente buena y honrada a la que hacen muchísimo daño. Afortunadamente en España, antes o después, los corruptos van a la cárcel y no hay privilegios de ningún tipo. Allí están bien. Nunca he dudado de la honradez de Rajoy y por tanto pienso que los corruptos de su partido, los que se han aprovechado de la confianza recibida, se han comportado como verdaderos traidores. Pero, además, en este caso también lo han traicionado aquellos de los que se había fiado al considerarlos como aliados, por ejemplo en la lucha contra el independentismo o en la aprobación de los presupuestos. Uno tiene la impresión de que son muchos los que, mirando solamente el propio interés, siguen las huellas de Judas. Incluimos a los del llamado fuego amigo. Probablemente algún día, si decide irse, le echarán de menos. Y, eso sí, como ocurre cuando muere alguien, correrán ríos de alabanzas. A buenas horas. Es lo que hicieron con otro gran presidente: Adolfo Suárez.

La semana pasada formulábamos en esta misma sección una batería de preguntas invitando al lector a que él mismo diera la respuesta. Recordemos algunas:

«¿Realmente en este momento conviene a España un cambio de gobierno para que las cosas vayan mejor? ¿Será Pedro Sánchez el presidente que necesitamos los españoles? ¿Cree Usted que estará dispuesto a pactar con cualquiera y a cualquier precio con tal de alcanzar el poder? ¿Quién le parece mejor político y más preparado: Mariano o Pedro? ¿Piensa que Rajoy ha robado?»

Pues bien, el cambio ya se ha producido, de una manera formalmente acorde con la legalidad y dentro de las normas democráticas, aunque no por el camino más natural que es a través de las urnas, y no con el sospechoso apoyo de malas compañías. No se trata aquí de criticar al partido del nuevo Presidente, en el que hay excelentes personas que también discrepan de su líder, aunque se vean obligados a guardar silencio o éste no los tenga en cuenta. Se trata de decir que no todo vale con tal de conseguir alcanzar el poder y máxime apoyándose en los enemigos de España.

Ciertamente no podemos juzgar antes de tiempo la gestión del gobierno que ahora comienza su andadura, si bien resulta comprensible nuestra desconfianza y la de tantos españoles que estamos deseando que se nos de la opción de decidir cuanto antes quién queremos que nos gobierne. Entre tanto nos consolamos con aquello de que lo importante es tener razón y que de lo demás se encargará el tiempo.
Lo más leído