11/07/2023
 Actualizado a 11/07/2023
Guardar
La segunda regla que nos recomienda Jordan Peterson como antídoto al caos en su ‘12 reglas para vivir’ dice: «Trátate a ti mismo como si fueras alguien que depende de ti».

El caos (el dominio de la ignorancia, la desesperación, el crujido que se oye entre los arbustos por la noche, lo desconocido, lo que simbólicamente se asocia a lo femenino) y el orden (seguridad, estabilidad, el amigo fiel, el aliado, patinar sobre una superficie sólida de hielo, lo conocido, simbólicamente asociado con lo masculino) son elementos fundamentales porque todas las situaciones que vivimos se forman a partir de ambos. No importa dónde estemos, hay cosas que podemos identificar, utilizar y predecir frente a otras que ni conocemos ni entendemos: hay cosas que están bajo nuestro control y otras que no. Cuando la vida se revela de forma súbita como algo intenso, fascinante y cargado de significado, cuando el tiempo pasa y estás tan absorto en lo que haces que ni siquiera te das cuenta, es allí y entonces cuando te encuentras precisamente en la frontera entre el orden y el caos.

Para poder limitar el poder del caos en tu vida y reestructurar el orden, tienes que saber adónde vas. Encarnar la imagen de Dios, crear con la palabra el bien a partir del caos, pero hacerlo de forma consciente, como resultado de nuestro libre albedrío. Tienes que mirar hacia el futuro y pensar: ¿Cómo sería mi vida si me cuidara debidamente? ¿Qué carrera me plantearía un desafío y me convertiría en alguien productivo y útil, de tal modo que pudiera asumir la carga que me toca y disfrutar de las consecuencias? ¿Qué tendría que hacer cuando cuente con cierta libertad para mejorar mi salud, desarrollar mi conocimiento y fortalecer mi cuerpo?

Hay que fortalecerse, así que empieza contigo. Cuídate. Define quién eres. Refina tu personalidad. Elige tu destino y expresa tu Ser. Como recordaba Nietzsche: «Quien tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo».
Lo más leído