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San Froilán puede morir

13/10/2023
 Actualizado a 13/10/2023
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San Froilán son las fiestas más leonesas. Unas fiestas cargadas de simbolismo y tradición, llenas de sonidos, olores y sabores de nuestra tierra. Unas fiestas muy nuestras donde se juntan, por un lado, sentimientos de orgullo de lo que somos con los pendones como máxima expresión, con toques melancólicos de lo que fuimos remarcados por el lamento ronco del bordón gaitero.

Las fiestas no consisten sólo en organizar una serie de actos que ayuden a los ciudadanos a olvidar sus problemas (que también), las fiestas deben constituir cohesión social, reclamo turístico y generación de riqueza. Ya en mi época de concejal, me costaba hacer ver a mis compañeros de gobierno que mi área no sólo estaba destinada a quemar dinero de manera frívola, sino a generar y redistribuir riqueza. 

De aquellos proyectos festivos que se impulsaron entre 4 personas (literalmente) desde San Marcelo en mi etapa de concejal con una dramática situación económica, algunos permanecen y otros lamentablemente, se abandonaron, aunque de todos ellos estoy orgulloso. El Belén viviente en Navidad, el desfile de los antruejos leoneses en Carnaval, el mercado romano en el Natalicio del Águila, el Come y Calle de San Francisco, la recuperación de la carpa de la morcilla en San Froilán, el ‘Suena León’ en San Juan y el ‘Suena León Folk’ en San Froilán… por citar algunos, no fueron un gasto, fueron una inversión a largo plazo. Otros muchos proyectos quedaron en el tintero por mi abrupta ‘prejubilación’.

El actual equipo de Gobierno, también manifiesta su habitual falta de imaginación, ambición y capacidad de trabajo en el área de Fiestas, aplicando la máxima del mal político de «el que no hace nada nuevo, no se equivoca», con la complacencia de la oposición. Por el contrario, se dedican a pervertir lo que funciona bien como es el caso del mercado medieval, aplicando un canon de más de 100 mil euros que terminan pagando los comerciantes, a razón de 1000 € por un puesto de dulces, 800 € por un puesto de bisutería o 5000 eurazos por un puesto de kebabs y así hasta matar la gallina de los huevos de oro.

Si han paseado por el mercado este año, habrán visto menos puestos, menos gente, menos alegría y menos actividades. Una plaza de Santo Martino que daba pena, una calle sacramento desangelada, una tétrica zona de juegos infantiles en El Cid, sin contar con la ausencia de animales, que imagino habrá que agradecer a la demencial Ley socialista de Bienestar Animal.

Me permito sugerir desde aquí que, en lugar de matar San Froilán, se trabaje el interés turístico nacional, un mercado que baje el canon y valore la oferta artística, la creación de una feria agrícola, celebrar la semana del deporte autóctono, hacer una tirada de fuegos, impulsar un festival celta al que merezca la pena viajar desde el extranjero o trabajar conjuntamente con la Junta para declarar el día 5 de octubre fiesta provincial, como defiende mi amigo Víctor, concejal de Valverde de La Virgen.

Otros vendrán que buenos nos harán.

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