02/06/2023
 Actualizado a 02/06/2023
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Tienen una cosa las elecciones y es que diluyen todo lo que pasa alrededor como un auténtico azucarillo en el café. Si a unas municipales le sumas como consecuencia directa la convocatoria de unas generales, cualquier cosa que pueda sucededer alrededor se queda en mera anécdota.

De hecho, seguramente todo este panorama electoral es lo único que ha hecho que pase a un segundo plano lo que yo pensé que iba a ser la verdadera cuestión de Estado de este año 2023: la cancelación de ‘Sálvame’.

El programa que nadie veía, pero todo el mundo sabía de qué hablaba. Crucificado por muchos a golpe de ‘telebasura’, como si la gran mayoría de las cosas que se hiciesen en televisión no rozasen el adjetivo en una situación que se me parece demasiado a aquellos que desprecian cualquier género musical simplemente por no disfrutarlo.

Y es que no se están equivocando, esta columna es un alegato a favor de un programa que es cultura popular de este país y durante años una de las principales fuentes de entretenimiento de muchas personas mayores cuya única compañía muchas tardes eran esas personas que veían en la tele y que si hacían daño a alguien era a ellas mismas con sus historias.

Al parecer el espacio de ‘Sálvame’ en la parrilla televisiva lo va a ocupar una presentadora y un formato que, si me pregunta, sí que hacen daño pero al exterior. Cada mañana, durante 5 horas, tratan de meterse con mucha manipulación en la opinión de un público tremendamente influenciable al que asustan y ofrecen una visión de la sociedad que muchas veces no es real, disfrutando de cada suceso como un gorrino en el barro.

Terrorismo televisivo que va a dejar al cotilleo en un recuerdo que echar de menos. Ya lo verán.
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