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Sacar las carracas para pijadinas, no

20/04/2025
 Actualizado a 20/04/2025
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Menudo disgusto que tenemos en la ruralidad, con lo en serio que tomábamos nosotros la Semana Santa, con una pena tan grande, como si no supiéramos que el domingo resucita. Que te dan ganas de pensar, lo que sufrimos para nada, que atronamos las noches con las carracas que nadie se atreve ni a mirar por la ventana, que mismamente se rasga el velo del templo y parece que se va a acabar el mundo.

La prosapia con la que tapamos los santos con telas moradas, que no se muy bien para qué pero entrabas y aquello te encoge el corazón. Y las confesiones, que se nota a la gente que anda por la calle como flotando, liberada del peso que supone tener pecados y saltando felices en gracia de dios, que decía don Clemente al darte la absolución. 

Y el Vía Crucis, el rosario de la buena muerte, las tinieblas –que eso acojona a cualquiera, con perdón–, y la lectura dramatizada de la Pasión que veías el Huerto de los Olivos con los serbales de los cazadores en flor mientras Nuestro Señor caía una y otra vez hasta sangrar. No os cuento cuando don Alejandro se tumbaba boca abajo después de lavarnos los pies y se apagaba la luz. Para qué os voy a contar.

Y decían que en León era todavía más sobrecogedor, que allí las carracas son matracas. Nos imaginábamos un acabose como cuando se estropeó la televisión del Tele Club el día que boxeaba Pedro Carrasco, cuando era una persona normal, con Mando Ramos. Una tragedia, oiga . 

Por eso, menuda decepción –yo diría que cosas todavía perores– cuando nos pusimos a mirar los retratos para ver cómo habían sido las procesiones de León, casi con miedo, lo que podríamos llamar temerosos de dios... y nos encontramos que la noticia es que había venido a verlas Carmen Borrego. Ome coño, no me joder, hay que ser serios, que aunque resucite el domingo nos habíamos creído la película.

Que ya dijo Mediagorra el dicho que hay para estas pijadinas sin carraca: «El chivo cuando es castrón... borrego hasta cierto punto. Hay quien lo es todo junto: chivo, borrego y castrón». 

Esto de la Semana Santa es un poco sindiós. No se pueden sacar las carracas para pijadinas de poca índole.

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