24/11/2023
 Actualizado a 24/11/2023
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Dicen que hasta un reloj (de agujas) parado, da bien la hora dos veces al día y Sánchez, a pesar del despropósito que rodea todo lo que tiene que ver con él, también acierta. No son aciertos premeditados que busquen el bien para los españoles, son más bien daños colaterales de decisiones que toma en interés propio, pero que, finalmente, terminan beneficiando a los ciudadanos. 

Esta semana hemos sido agraciados con uno de esos aciertos colaterales del que no puedo menos que sentirme feliz. Las guerras internas entre los comunistas de Podemos y de Sumar y el desprecio que desde un principio ha sentido Sánchez hacia parte de sus propios ministros, ha provocado el cese de las ‘gemelas Grady’, Irene Montero e Ione Belarra como ministras del Gobierno de España.

Esa gran noticia no ha venido sola y, a modo de pedrea de lotería de Navidad, nos tenemos que congratular del cese de otras dos grandes ‘sectarias de Estado’, como son Ángela Rodríguez Pam y Lilith Verstrynge, manos derechas de Montero y Belarra respectivamente.

Con estas salidas, se termina con años de padecer las chorradas de turno de la gente de Podemos, con sus ocurrencias lingüísticas, su política de guerra de sexos, la estigmatización de los hombres y el remate de permitir la liberación de cientos de violadores y pederastas de las cárceles por actuar sin ningún tipo de rigor en sus decisiones.

Como ambas han demostrado ser unas pueriles indocumentadas desde antes incluso de estar en Gobierno, no han podido salir del Consejo de ministros con madurez y dignidad y el día del traspaso de carteras a sus sucesores, protagonizaron una pataleta infantil en forma de discurso, en el que se despacharon a gusto contra Pedro Sánchez, acusándole de «echarlas del Gobierno», como si se tratase de un puesto de trabajo ganado por oposición.

Mirad, Irene e Ione, el que alguien con vuestra formación y vuestra experiencia profesional, haya podido ser ministra de España, no era más que una anomalía espaciotemporal, una alineación cósmica que sólo se repite cada 1500 años y que apuesto a que ni vuestros seres más queridos, hace tan solo unos años, podrían haber ni soñado con veros atravesar las puertas del Palacio de La Moncloa.

En política unas veces se está y otras no, pero, así como no se debe preguntar por qué te ponen en un puesto, tampoco debes preguntar por qué te quitan y menos aún en público, con periodistas y frente a tu sucesor. Actuar de otra forma, como lo hicieron ellas, demuestra que han perdido el sentido común, si es que alguna vez lo tuvieron.

Podemos está fuera del Gobierno y eso tiene que alegrarnos a los críticos del pensamiento único, pero no estamos libres de sectarios, ahora tendremos que aguantar a un sucedáneo como ‘Sumar’ que son los mismos, pero con traje y corbata.

Mientras Pablo Iglesias, el macho alfa de esa manada estudia como vengar tal afrenta, Irene Montero podrá volver a desarrollar su labor profesional, esperemos que con más atino que la política, desde una discreta ‘línea de cajas’.

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