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¿Saben en Diputación cuándo es Fitur?

06/10/2023
 Actualizado a 06/10/2023
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Alguna vez les he hablado del carácter leonés. Me lo permito porque, aunque nací en un pueblo de Ávila, llegué a León, concretamente a La Virgen del Camino, a la edad de 11 años. Una edad lo suficientemente temprana como para adquirir los vicios y virtudes de un LTV (leonés de toda la vida) como dice mi amigo Luis Cañón, aunque no tenga los 8 apellidos cazurros. Ese carácter leonés se caracteriza, entre otras muchas cosas, por ser noble, leal, austero y trabajador, pero también por ser algo cainita, testarudo, desconfiado, pesimista y conformista.

Esa forma de ser se traslada a nuestra clase política, de tal modo que el navajeo orgánico en el seno de cada partido es deporte cotidiano y que, en demasiados casos, se carece de ambición ni proyecto político. A nuestros representantes institucionales parece que se les valora, juzga y vota, en relación a lo majos que son y lo bien que nos caigan. Criticamos el populismo y luego vamos contentos a casa porque el alcalde de León nos haya saludado por la calle o haya asistido a una «misa» organizada por nosotros, nuestra cofradía o algún amigo o familiar.

Política muy de pueblo para el pueblo en el que nos estamos convirtiendo, por culpa de esos políticos sin ambición para León. Una ambición práctica que nos permita revertir la sangría demográfica que sufrimos, más allá de banderas e identidades, una ambición que permita a mucha gente de mi generación extremadamente formada volver a su tierra, una ambición que permita que mis hijos puedan marchar lejos si quieren o puedan quedarse aquí para construir su proyecto de vida, pero siempre de forma voluntaria, no por falta de oportunidades.

Esa política de pueblo sin imaginación ni capacidad de trabajo se manifiesta, entre otras cosas, en que el Ayuntamiento de León hace semanas sacase a concurso por 80.000 euros una auditoría del estado de limpieza de nuestras calles, habiendo en la plantilla municipal inspectores y esta misma semana otros 70.000 euros para una auditoría que informe al señor alcalde del estado de salud de los casi 30.000 árboles de los parques y jardines de León, menos de un mes después de presenta la UTE ‘Infraestructura Verde y Azul’ con un contrato de mantenimiento de jardines de 8 años por 30 millones de euros.

Esa política de pueblo también se manifiesta en que, mientras el nuevo presidente de la Diputación se dedica casi en exclusiva a la asistencia de comilonas y merendolas, su diputado de turismo, el socialista Octavio González (alias Tabito), aún no haya pasado por su negociado. Por lo que me temo que, si se le pregunta a estas alturas por lo que es ‘Fitur’, le suene más a una pieza de lomo alto de chivo que a una de las mayores ferias de turismo del mundo, en la que me temo, León pase otra vez sin pena ni gloria. 

En cualquier sitio serio, con políticos serios, se debería estar planeando con los turoperadores el FITUR de 2025 y me da la impresión que el actual equipo de gobierno en Diputación, aún ni sabe en qué fecha cae el ‘FITUR’ de 2024.

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