Dicen las malas lenguas –malas en el sentido de desfavorables– que Núñez Feijóo ha adelantado la celebración del congreso del Partido Popular a los días cinco y seis del próximo julio debido a presiones internas. Nada, maledicencias provenientes de los de siempre, esa prensa capciosa vendida al dictatorial sanchismo que menos hace de la patria madre que madrastra. ¿Quién desde el interior del monolítico PP se atrevería a apretarle las tuercas al preclaro líder? Nadie, que la familia es la familia y a ti te encontré en la calle como, desde el pasado siglo, enseña el cine y de León el poeta. Es más, dícese que ni un solo pero hubo en el Comité Ejecutivo Nacional celebrado este lunes y que incluso Isabel Ayuso y el afianzado líder compartieron la ‘Glosa a la soleá’ de don Rafael y que si ella le aclaró «No vayas a figurarte / que esto va con intensión. / Tú sabes que por ti tengo / clavao en mi corazón / el queré más firme y puro…», él –entre gritos de ¡unidad, unidad!, del resto de la camaradería– bien y firme le salmodió «Con tal de que de mi lao / tú nunca te desepares / toíto te lo consiento / menos faltarle a mi mare». Y entiéndase, obvio, ‘mare’ como patria, matria o auténtica «unidad de destino en lo universal».
Me da que tal adelanto se debe a una necesaria unificación y popularización de discursos que dé mejor y mayor eco a las democráticas consignas emanadas del inocente y omnipresente espíritu aznarista desde su celestial Faes: «el que pueda hablar, que hable, el que pueda hacer, que haga, el que se pueda mover, que se mueva», toda vez que, después de heredada la impronta discursiva de M. Rajoy («cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político») no se considera seguro que el alternativo programa del PP llegue a las masas trabajadoras e incluso proletarias, verdaderas destinatarias de sus afanes y políticas, y, de ahí, que precisen desarrollar con mayor detalle sus tesis prometedoras, de momento tan sólo expresadas bien mínima, bien farragosamente. Pues, por ejemplo, quedan confusos los mensajes políticos enviados por Mazón («cualquier politización es mala, sea la que sea») y por su autoproclamado repuesto sucesorio Camps («si eso significa lo que significa, significa lo que significa»), con los que emulan el más claro estilo Rajoy.
Mas seguro que yerro y el cónclave popular –que Feijóo tildó a punto de éxtasis– se debe a que, más que tiempo de revelación, es tiempo de rebelión. ¡Se verá!
¡Salud!, y buena semana hagamos… ¡Y tengamos!